Lo primero que me llamó la atención de esta película -serie B- es que todos los actores que hacen de mexicanos son colombianos, y algunos que hacen de colombianos son mexicanos. Incluso los paisajes que se ven cuando están -supuestamente- en México, son los mismísimos Andes sudamericanos. Al parecer el productor diría que colombianos y mexicanos son lo mismo.

En fin, más allá de esta pildorilla curiosa, tengo que decir que la cinta logra su cometido: mostrar la cadena del narcotráfico, el gran negocio que hay tras éste y la estela de sangre y muerte que deja tras sus pasos.

Sobre los dos protagonistas, no hay mucho que decir: Tito Cage sigue en su onda de los últimos años, esto es: cobrar el cheque por el mínimo esfuerzo actoral. Por su parte, L. Fishburne, un secundario de lujo en Hollywood, se muestra más fuera de forma que nunca, y no parece tomarse muy en serio su papel. Por su parte, la policía rubia parece una actriz amateur.

En conclusión, algunas escenas están bien, aunque se evidencia el poco presupuesto de la cinta. Ya que pareciera que el director buscaba ahorrar en cada toma. Quizá con algo más de dinero se hubiera conseguido un producto de un poco más de calidad.