Un film de los cincuenta ya en el crepúsculo de las grandes películas del "noir". Un film dirigido con gran solvencia por Pevney, con un argumento y guion típico: la amistad de un policía y un delicuente. El film es la historia de un muchacho desde la adolescencia a la madurez. Tiene unas buenas interpretaciones de Sal Mineo y de Tony Curtis acompañados por una sobria interpretación de Nader en el papel del policía. Despues de 64 años el film sigue manteniendo el interés y gana con la comparación con la mayoría de los films actuales. Al fin y al cabo los problemas de la amistad, la delincuencia y del ser humano son los mismos hoy que hace sesenta años. La diferencia es el tipo de delitos y el concepto de la acción, que hoy tiene que ser trepidante "comiendose" el 40% del guión en secuencias de acción y violencia al gusto del público actual.