Debo confesar que soy fan del cine ingles, no he visto miles de películas, pero si un buen par y de vez en cuando me topo con historias refrescantes como esta. Épocas en las que comedias románticas tipo Hollywood ya no dan mas o en las que Adam Sandler ya se agotó, una comedia como estas refresca enormemente el momento.

Un guión inteligente, un ritmo continuo pero sin afán en desenvolverse (como de costumbre en el cine ingles), una fotografía muy tradicional donde la ciudad tienen una gran preponderancia y una buena musicalización, logran cautivar al espectador, para nunca apartarse de la historia y terminar pasando un rato muy agradable. Es un humor fino, sin chavacanería y sin escenas ramplonas (como pedos, cagadas y demás que encantan a los gringos), que te da licencia para un buen par de carcajadas.

Aparte están las actuaciones de la pareja principal que tienen una química soberbia. Desde el minuto uno Pegg logra que te solidarices con el, en el desesperado intento de superar su soledad y Bell ... bueno casi hasta la mitad de la película uno no lograr descifrar el personaje, por lo chiflada que esta. Muy buena pareja, muy buenas actuaciones.

Película para tardear, para ver en grupo de parejas y pasar un buen rato con los amigos. Nostálgica a mas no poder de Londres.