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Voto de Patricio Escartín:
6
7,7
680
Drama. Romance
Taiwan, años '60. Los jóvenes taiwaneses, aunque dominados por China, se sienten deslumbrados por los Estados Unidos y organizan bandas para afirmar su identidad. La versión original duraba 237 minutos, pero por motivos comerciales Yang la recortó para su exhibición hasta los 188 minutos. (FILMAFFINITY)
8 de enero de 2022
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta crítica/comentario formalmente la nombraría:
UN DÍA DE VERANO (1991): LA DENUNCIA DE UNA JUVENTUD VIOLENTA
Casi siempre resulta una experiencia entretenida ver películas donde bandas criminales se enfrentan entre sí, como en el caso de Gangs of New York (2002) de Martin Scorsese o en cualquiera de El Padrino de Francis Ford Coppola, pero en este caso, nuestro contexto no radica en Nueva York, ni tampoco es una película de gángsters. En su lugar, Edward Yang nos muestra una historia basada en hechos reales, que sorprendentemente no parecería el contexto de pandillas criminales: una escuela secundaria en Taiwán.
La película se propone abordar la realidad de niños y adolescentes en plena década de los cincuenta, inicios de los sesentas, y como el conflicto político con China, la influencia estadounidense en la cultura y la búsqueda de identidad característica de la adolescencia moldean la vida de Si'r, nuestro joven protagonista, quien poco a poco, se involucra de manera más significativa en acciones de alto riesgo. Su familia no es una familia criminal como en el caso de El Padrino, sus acciones no se ven encaminadas a fines ruines, más bien, estamos en el universo de un adolescente que busca pertenecer en medio de una ola de violencia que lo atraviesa día a día.
Como contraste, su familia es de clase media, respetable, a los que la vida les juega chueco en más de una ocasión y sin embargo, salen adelante. El tono realista de Yang ayuda que a pesar del drama, no caigamos en un extremo en donde la exageración hagan de la denuncia del realizador un melodrama; todo se maneja bastante natural, incluso hasta el final, en donde las acciones de nuestro protagonista se asemejan más a acciones sacadas de una obra de Shakespeare.
La intención del realizador es evidente: mostrar como un gobierno alienante y la hiper-violencia presente en la juventud puede destruir y confundir a cualquiera, sobretodo si se trata de un adolescente que está moldeando su identidad y cuestionando sus valores. Por ello, a pesar de que Un día de verano (1991) no sea una película con muchas muertes, si es sumamente violenta, pues el bullying, el acoso, el trato físico, verbal y el maltrato psicológico están presentes en más de una variable, y son ejercidos en todos los niveles.
UN DÍA DE VERANO (1991): LA DENUNCIA DE UNA JUVENTUD VIOLENTA
Casi siempre resulta una experiencia entretenida ver películas donde bandas criminales se enfrentan entre sí, como en el caso de Gangs of New York (2002) de Martin Scorsese o en cualquiera de El Padrino de Francis Ford Coppola, pero en este caso, nuestro contexto no radica en Nueva York, ni tampoco es una película de gángsters. En su lugar, Edward Yang nos muestra una historia basada en hechos reales, que sorprendentemente no parecería el contexto de pandillas criminales: una escuela secundaria en Taiwán.
La película se propone abordar la realidad de niños y adolescentes en plena década de los cincuenta, inicios de los sesentas, y como el conflicto político con China, la influencia estadounidense en la cultura y la búsqueda de identidad característica de la adolescencia moldean la vida de Si'r, nuestro joven protagonista, quien poco a poco, se involucra de manera más significativa en acciones de alto riesgo. Su familia no es una familia criminal como en el caso de El Padrino, sus acciones no se ven encaminadas a fines ruines, más bien, estamos en el universo de un adolescente que busca pertenecer en medio de una ola de violencia que lo atraviesa día a día.
Como contraste, su familia es de clase media, respetable, a los que la vida les juega chueco en más de una ocasión y sin embargo, salen adelante. El tono realista de Yang ayuda que a pesar del drama, no caigamos en un extremo en donde la exageración hagan de la denuncia del realizador un melodrama; todo se maneja bastante natural, incluso hasta el final, en donde las acciones de nuestro protagonista se asemejan más a acciones sacadas de una obra de Shakespeare.
La intención del realizador es evidente: mostrar como un gobierno alienante y la hiper-violencia presente en la juventud puede destruir y confundir a cualquiera, sobretodo si se trata de un adolescente que está moldeando su identidad y cuestionando sus valores. Por ello, a pesar de que Un día de verano (1991) no sea una película con muchas muertes, si es sumamente violenta, pues el bullying, el acoso, el trato físico, verbal y el maltrato psicológico están presentes en más de una variable, y son ejercidos en todos los niveles.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El mismo Si'r termina la película buscando ser el "salvador" de Ming, ser su objeto de vida, y pierde su amistada con su mejor amigo por su manera posesiva de percibir una relación, manera que no solo es ejercida por Si'r, sino por todos los chicos de la banda. Estos matices tonifican el universo que pretende mostrar Edward Yang, un universo que encaja a la perfección con los contextos de violencia que vive la juventud inmersa en el mundo criminal pero también, la juventud como Si'r, que solo busca pertenecer.
Sin embargo y a pesar del tono que maneja Yang, la película es vaga, y con esto me refiero a que en su intento realista de mostrar el mundo de nuestro protagonista, pierde el foco de lo que realmente busca contar o trasmitir.
Por ejemplo: hay "momentos cinematográficos" que realmente funcionan, como en el caso en el que Si'r le dice a Ming que él estará siempre para ella después de que pierde a Honey, y mientras se lo dice suena la orquesta de la escuela, cuando ésta cesa de repente y Si'r se queda gritando, haciendo evidente su declaración pero también, mostrando cuan importante es Ming para ella. Yang se aprovecha del sonido y de la imagen para asomarnos al mundo interno de nuestro protagonista, se aprovecha de los recursos de los que dispone y nos narra más allá de lo que vemos en pantalla. Momentos así, los cuales resultan "mágicos" por la intensidad emocional presente, son los que mejor funcionan en el film de casi cuatro horas de duración. Si Yang, en lugar de apegarse a un retrato tan realista hubiera buscado enfatizar la atención en momentos significativos como el ya comentado, la película hubiera tenido un impacto completamente diferente.
En su lugar, hay tantas cosas que suceden y tantas historias que se cuentan al mismo tiempo, que la película pierde su rumbo en momentos, y sí, es una película de denuncia, pero no logra la efectividad ni el impacto emocional que se hubiera conseguido al generar una atmósfera previa, o al desarrollar más a sus personajes. Ming, por ejemplo, es un personaje sumamente interesante y que termina desaprovechado; es una niña que se ve en la necesidad de salir adelante pese a la enfermedad de su madre, la muerte de su novio y el peso que carga sobre sus hombros al ser la próxima proveedora familiar y de tener que convivir en un mundo masculino que la objetiviza. Con todo y eso, Yang prefiere darle más énfasis a la familia de Si'r que a la relación con Ming, quien tiene más impacto en la vida de Si'r que su misma familia, y aún así la historia le dedica una subtrama al hermano de Si'r y su deuda con una de las bandas, u otra subtrama al empleo de su padre, historias que si bien nos aportan una visión de la realidad social de aquel entonces, no nutren el conflicto principal ni tampoco aportan mucho en realidad.
Al final, Un día de verano es un film que como muchas películas superiores a las tres horas, padece de querer abarcar más sin centrarse en lo realmente importante o significativo. Si a esto le sumamos que la dirección de Yang es escueta y con pocas variables, la narrativa termina siendo distante (de no ser por los personajes, quienes gracias a su conflicto, sacan adelante el interés). Esto sencillamente se debe a que en muy pocas ocasiones, Yang se apoya de recursos audiovisuales mas poderosos y significativos que su cámara a nivel de mirada, la cual es casi estática, convención narrativa predominante en el film. No con ello digo que sea un mala película ni mucho menos, simplemente reitero que queda a deber en el impacto y en la transmisión de una historia clara, y se distrae en mostrar más allá de lo estrictamente necesario, siendo por momentos tediosa y vaga.
Aún así, estamos antes una película de denuncia que nos ofrece una visión de la infancia azotada por la violencia y que, con la suficiente paciencia, es posible disfrutar y como en algunos casos, enamorarse del film.
Sin embargo y a pesar del tono que maneja Yang, la película es vaga, y con esto me refiero a que en su intento realista de mostrar el mundo de nuestro protagonista, pierde el foco de lo que realmente busca contar o trasmitir.
Por ejemplo: hay "momentos cinematográficos" que realmente funcionan, como en el caso en el que Si'r le dice a Ming que él estará siempre para ella después de que pierde a Honey, y mientras se lo dice suena la orquesta de la escuela, cuando ésta cesa de repente y Si'r se queda gritando, haciendo evidente su declaración pero también, mostrando cuan importante es Ming para ella. Yang se aprovecha del sonido y de la imagen para asomarnos al mundo interno de nuestro protagonista, se aprovecha de los recursos de los que dispone y nos narra más allá de lo que vemos en pantalla. Momentos así, los cuales resultan "mágicos" por la intensidad emocional presente, son los que mejor funcionan en el film de casi cuatro horas de duración. Si Yang, en lugar de apegarse a un retrato tan realista hubiera buscado enfatizar la atención en momentos significativos como el ya comentado, la película hubiera tenido un impacto completamente diferente.
En su lugar, hay tantas cosas que suceden y tantas historias que se cuentan al mismo tiempo, que la película pierde su rumbo en momentos, y sí, es una película de denuncia, pero no logra la efectividad ni el impacto emocional que se hubiera conseguido al generar una atmósfera previa, o al desarrollar más a sus personajes. Ming, por ejemplo, es un personaje sumamente interesante y que termina desaprovechado; es una niña que se ve en la necesidad de salir adelante pese a la enfermedad de su madre, la muerte de su novio y el peso que carga sobre sus hombros al ser la próxima proveedora familiar y de tener que convivir en un mundo masculino que la objetiviza. Con todo y eso, Yang prefiere darle más énfasis a la familia de Si'r que a la relación con Ming, quien tiene más impacto en la vida de Si'r que su misma familia, y aún así la historia le dedica una subtrama al hermano de Si'r y su deuda con una de las bandas, u otra subtrama al empleo de su padre, historias que si bien nos aportan una visión de la realidad social de aquel entonces, no nutren el conflicto principal ni tampoco aportan mucho en realidad.
Al final, Un día de verano es un film que como muchas películas superiores a las tres horas, padece de querer abarcar más sin centrarse en lo realmente importante o significativo. Si a esto le sumamos que la dirección de Yang es escueta y con pocas variables, la narrativa termina siendo distante (de no ser por los personajes, quienes gracias a su conflicto, sacan adelante el interés). Esto sencillamente se debe a que en muy pocas ocasiones, Yang se apoya de recursos audiovisuales mas poderosos y significativos que su cámara a nivel de mirada, la cual es casi estática, convención narrativa predominante en el film. No con ello digo que sea un mala película ni mucho menos, simplemente reitero que queda a deber en el impacto y en la transmisión de una historia clara, y se distrae en mostrar más allá de lo estrictamente necesario, siendo por momentos tediosa y vaga.
Aún así, estamos antes una película de denuncia que nos ofrece una visión de la infancia azotada por la violencia y que, con la suficiente paciencia, es posible disfrutar y como en algunos casos, enamorarse del film.