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Voto de Chief_Brody:
8
5,5
2.502
Ciencia ficción
"The Crossing", el cortometraje-prólogo oficial para "Alien:Covenant", revela qué les sucedió a los miembros de la tripulación -la Dra. Elizabeth Shaw y el androide David- después de "Prometheus". Localizada en una de las naves abandonadas, la Dra. Shaw repara a David mientras continúan su búsqueda. (FILMAFFINITY)
27 de abril de 2017
25 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé si lo estaré exagerando subconscientemente por lo que la saga Alien supone para mí, pero cada vez que veo/leo/soy bombardeado en twitter por algo referente a Covenant lo tengo más claro: esta no es una campaña de marketing más, es LA CAMPAÑA. El seguimiento que está realizando 20th Century Fox es alucinante, con una retroalimentación brutal por parte de medios, y a esta publicidad High Cuality hay que sumarle la cantidad de material rodado que se ha puesto a nuestra disposición, ya que no olvidemos que este es el segundo corto que se realiza basado en la película.
Empezamos con un trailer muy del estilo Ridley, un bombardeo de imágenes con música y ambientación asfixiantes, pero sin mostrar mucha cosa. Bien.
Posteriormente un segundo adelanto, que puede ser considerado la joya de la corona en cuanto a promoción de la cinta. Como convertido a la iglesia cinéfila por dos pilares del séptimo arte como son Tiburón y Alien, no soy de esos que se relame viendo una y otra vez al monstruo en una película, pero considero que nos merecíamos disfrutar de un xenomorfo como el que sale al final del susodicho. Son muchos años disfrutando de esa máquina perfecta de matar entre la oscuridad, los vapores y los pasillos estrechos, y tratando de olvidar esos movimientos robocopianos del alien-perro de Fincher (me olvido del engendro de Alien Resurrection y de esos dos sacrilegios que fueron Alien vs Predator), y ya era hora de verlo a plena luz del día y mostrándose cómo es, una criatura implacable y ultraviolenta.
En cuanto a los cortos, en el primero (titulado La última cena, Ridley y sus referencias bíblicas, ya saben) se nos presentaba a la tripulación de la Covenant. La verdad es que, a diferencia de otros cortos de presentación que he visto, donde el "argumento" está cogido por pinzas, este me pareció muy fresco, se desarrolla una escena muy natural, y aún mas importante, se nos explican dos cosas que parecen capitales para la trama: la tripulación de la Covenant está formada por parejas, y su misión es la de crear una colonia en un planeta adecuado para ello. ¡Y por fin sale James Franco! Además de esto, a mí, que no estaba muy convencido con ciertas elecciones del casting -aunque no pongo la mano en el fuego por estos fugaces cinco minutos- me dejó más tranquilo (sí, me refería a Danny McBride, pero el tío se basta con dos chascarrillos para tomar el relevo de aquel Idris Elba tan desaprovechado en Prometheus).
Por último tenemos esta maravilla de casi 3 minutos. Shaw repara a David, y juntos van a cantarles las cuarenta a esos mamones que nos quisieron vaporizar hace 2000 años con sus inestables armas biológicas. Hasta aquí lo imaginable para todo aquel que haya visto acabar Prometheus. Pero llegan al planeta, y nos encontramos en el momento que llevamos cinco cinco años esperando. Sólo se me ocurre una palabra para describir toda la escena de la llegada de la nave; PRODIGIOSA. La estética gigeriana lo impregna todo; la ciudad que se ve al fondo, ese muelle de atraque con forma de aguijón de escorpión... todo unido a esa pulcritud y clase con la que el señor Scott rueda siempre sus amplísimos escenarios. La multitud, tan impaciente por ver quién los visita como nosotros por dejarnos los dineros que haga falta por ver la delicatesen plagada de escenas desagradables y bichos de pesadilla que se nos presenta en apenas unos días, se agolpa unos cuantos metros por debajo de la nave. Una enorme escotilla inferior se abre (¡en espiral, como no!), y ahí está David. ¡¿Pero David, qué haces?!
Empezamos con un trailer muy del estilo Ridley, un bombardeo de imágenes con música y ambientación asfixiantes, pero sin mostrar mucha cosa. Bien.
Posteriormente un segundo adelanto, que puede ser considerado la joya de la corona en cuanto a promoción de la cinta. Como convertido a la iglesia cinéfila por dos pilares del séptimo arte como son Tiburón y Alien, no soy de esos que se relame viendo una y otra vez al monstruo en una película, pero considero que nos merecíamos disfrutar de un xenomorfo como el que sale al final del susodicho. Son muchos años disfrutando de esa máquina perfecta de matar entre la oscuridad, los vapores y los pasillos estrechos, y tratando de olvidar esos movimientos robocopianos del alien-perro de Fincher (me olvido del engendro de Alien Resurrection y de esos dos sacrilegios que fueron Alien vs Predator), y ya era hora de verlo a plena luz del día y mostrándose cómo es, una criatura implacable y ultraviolenta.
En cuanto a los cortos, en el primero (titulado La última cena, Ridley y sus referencias bíblicas, ya saben) se nos presentaba a la tripulación de la Covenant. La verdad es que, a diferencia de otros cortos de presentación que he visto, donde el "argumento" está cogido por pinzas, este me pareció muy fresco, se desarrolla una escena muy natural, y aún mas importante, se nos explican dos cosas que parecen capitales para la trama: la tripulación de la Covenant está formada por parejas, y su misión es la de crear una colonia en un planeta adecuado para ello. ¡Y por fin sale James Franco! Además de esto, a mí, que no estaba muy convencido con ciertas elecciones del casting -aunque no pongo la mano en el fuego por estos fugaces cinco minutos- me dejó más tranquilo (sí, me refería a Danny McBride, pero el tío se basta con dos chascarrillos para tomar el relevo de aquel Idris Elba tan desaprovechado en Prometheus).
Por último tenemos esta maravilla de casi 3 minutos. Shaw repara a David, y juntos van a cantarles las cuarenta a esos mamones que nos quisieron vaporizar hace 2000 años con sus inestables armas biológicas. Hasta aquí lo imaginable para todo aquel que haya visto acabar Prometheus. Pero llegan al planeta, y nos encontramos en el momento que llevamos cinco cinco años esperando. Sólo se me ocurre una palabra para describir toda la escena de la llegada de la nave; PRODIGIOSA. La estética gigeriana lo impregna todo; la ciudad que se ve al fondo, ese muelle de atraque con forma de aguijón de escorpión... todo unido a esa pulcritud y clase con la que el señor Scott rueda siempre sus amplísimos escenarios. La multitud, tan impaciente por ver quién los visita como nosotros por dejarnos los dineros que haga falta por ver la delicatesen plagada de escenas desagradables y bichos de pesadilla que se nos presenta en apenas unos días, se agolpa unos cuantos metros por debajo de la nave. Una enorme escotilla inferior se abre (¡en espiral, como no!), y ahí está David. ¡¿Pero David, qué haces?!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Lo que hace David es darles un poco de su propia medicina a estos supuestos dioses. Suspendidos encima de su cabeza están cientos de las viscosas vasijas que transportaban ese virus con el que los ingenieros purgaban civilizaciones que les habían salido rana, sin olvidar que las propias vasijas, al convertirse en líquido, provocaban mutaciones bastante llamativas y violentillas.
Mi teoría, puestas todas las cartas de las que disponemos sobre la mesa es la siguiente: la Covenant busca planeta con vistas al mar. En paralelo David y Shaw llegan al planeta de los ingenieros. David no despierta a Shaw y libera el virus en el planeta, matando a la población autóctona (de ahí las fotos que todos hemos visto en las que los cadáveres se amontonan en el suelo). Antes de morir, un ingeniero manda algún tipo de mensaje (esto es Alien, tiene que haber algún tipo de señal sonora animando a una nave descarriada a investigar). La Covenant recibe el mensaje. Nuestros astronautas coloniales llegan al planeta, que ¡oh, coincidencia! es habitable. Deciden instalarse allí. El virus hace su trabajo, y un viejo amigo (muchos viejos amigos, por lo que parece) se suma a la fiesta, así como nuevos bichejos que alimentarán alguna noche de mal dormir de más de uno. La tripulación de la Covenant sufre. Y nosotros disfrutamos.
Mi teoría, puestas todas las cartas de las que disponemos sobre la mesa es la siguiente: la Covenant busca planeta con vistas al mar. En paralelo David y Shaw llegan al planeta de los ingenieros. David no despierta a Shaw y libera el virus en el planeta, matando a la población autóctona (de ahí las fotos que todos hemos visto en las que los cadáveres se amontonan en el suelo). Antes de morir, un ingeniero manda algún tipo de mensaje (esto es Alien, tiene que haber algún tipo de señal sonora animando a una nave descarriada a investigar). La Covenant recibe el mensaje. Nuestros astronautas coloniales llegan al planeta, que ¡oh, coincidencia! es habitable. Deciden instalarse allí. El virus hace su trabajo, y un viejo amigo (muchos viejos amigos, por lo que parece) se suma a la fiesta, así como nuevos bichejos que alimentarán alguna noche de mal dormir de más de uno. La tripulación de la Covenant sufre. Y nosotros disfrutamos.