Esta crítica podría hacerla en "El hundimiento", pero como he visto también ésta y cuenta lo mismo, pues la hago aquí. Tururú.

Tal vez "El hundimiento" sea mejor película, al menos tiene mayor tensión dramática y es más efectista. Es extraño que la alemana tenga más acción y la americana sea más contenida. Pero lo que es increíble, y sucede, es que Anthony Hopkins supere el trabajo de Bruno Ganz. Tal vez la mejor interpretación de su carrera.

"El bunker" se basa en un libro de James P. O'Donnell, corresponsal del Newsweek que el 4 de julio de 1945 fue el primer no soviético en entrar en el bunker de la cancillería alemana. "El hundimiento" se basa en un libro de Joachim Fest, el más reputado biógrafo alemán de Hitler. Es curioso que el libro más famoso, "Los últimos días de Hitler" de Hugh Trevor-Roper, un oficial de la inteligencia militar británica, que en realidad es una investigación oficial, aún no haya sido adaptado.

También es destacable en "El bunker" el papel que dan a Albert Speer, el llamado "nazi bueno", arquitecto del führer y ministro de armamento durante la guerra. Hasta cierto punto es comprensible lo que pasó si se entrega el poder a un locatis como Hitler, y que lo sigan un fanático (Goebbels), un mediocre (Himmler), un megalómano drogata (Göring), o una cuadrilla de gangsters. El problema grave es cuando tipos inteligentes, capaces y cabales como Speer se dejan seducir por tamaña monstruosidad. Y esta película explica muy bien que aunque Speer se da cuenta de lo que ha sucedido, no puede deshacerse de la noche a la mañana del nudo sentimental.

Fueron cayendo toda la cuadrilla criminal, por suicidios, ejecuciones o reclusiones perpetuas, pero Albert Speer llegó a salir de Spandau, y publicar unas memorias que siguen siendo de las más recomendables del siglo XX. Por mucho arrepentimiento y buenos modales que tuviese era tan culpable como los demás, o más, por su cordura. Paradójicamente los hechos dieron la razón a Hitler y su teoría del darwinismo social: sobrevivió el más apto.