1969. La muerte de la estudiante más carismática de un colegio de señoritas (Florence Pugh), desata una misteriosa epidemia de desmayos entre las alumnas, empezando por su mejor amiga (Maisie Williams).

Un canto poético nos adentra en este drama psicológico que dialoga con "Picnic en Hanging Rock". El espectador se preguntará si dichos desvanecimientos responden a un acto de rebeldía juvenil, a una suerte de histeria colectiva o a un influjo sobrenatural, como si el espíritu de la difunta hubiera hechizado a la comunidad femenina. Al final, la directora y guionista Carol Morley apunta hacia la liberación de la mujer en tiempos de represión sexual.



"Para ser libre, uno debe ser consciente."