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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Romantic Warrior:
7
Drama. Thriller. Romance Pablo (Eusebio Poncela) y Tina (Carmen Maura) son dos hermanos, dedicados al mundo del espectáculo, que están marcados para siempre por la separación de sus padres y, sobre todo, por un oscuro secreto de Tina. Pablo, que malvive enamorado de Juan (Miguel Molina), conoce a Antonio (Antonio Banderas), pero entonces su vida se complicará aún más. (FILMAFFINITY)
19 de febrero de 2010
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ley del deseo fue el primer film de Almodóvar producido por la compañía que él y su hermano Agustín habían constituído, El Deseo,S.A. Sin duda este hecho le permitió una libertad para hacer su obra más arriesgada, dado que en aquellos años en los que todavía se estaban digiriendo los cambios sociales, el gran público era aún reacio a aceptar una historia pasional homosexual con la misma empatía con la que recibía las historias de amor heterosexuales. Y en mi opinión es el primer film “de peso” en su carrera, luego de antecedentes prometedores pero que no terminaban de plasmarse en una obra madura.
Es un melodrama, pero usado desde lo “camp”, mostrando adrede su artificialidad, y puesto al servicio de un mensaje distinto al tradicional.
Los créditos son anunciados en papeles rojo carmesí arrugados, la imagen de un amante despechado/a, y la música preanuncia una tragedia.
Es que ésta es una película de seres que son arrasados por la pasión, y son llevados como marionetas sin más timón que la estela que deja el objeto de su deseo, sin ningún punto de contacto con la realidad; para las que lo único que importa es el ser en el que han puesto toda su energía vital. Esta pasión arde, se consume, y muere. Esto es mostrado bellamente, con las metáforas visuales del fuego, de los vestidos rojos de los “poseídos”, y ya en el comienzo, luego dela primera escena de pasión, el encuadre en rojo de la palabra “FIN” nos dice cuál es el destino inevitable de ese deseo. La letra “L” de la ley, al comienzo, enmarca los rostros de los tres protagonistas principales, en un surco que parece un tajo, una herida abierta.
La puesta en escena es excelente. El manejo del simbolismo en los colores, la escena del altar ardiendo, la escena del monólogo de “la voz humana” con la niña vestida de comunión cantando “no me abandones”, el homenaje a Fellini en la sensual escena de la manguera con Carmen Maura, la burla a la TV con la insólita Rossy de Palma, el amado de Pablo, que lo abandona, viajando en su vespino, con el fondo del libro de Cocteau y el polvo cayendo sobre él como fría nieve, como sueño hecho añicos, son algunos ejemplos.
No merece menos halagos el manejo de cámara: el travelling de la escena de desolación de Tina con la canción de la niña, la toma desde dentro de la máquina de escribir, una ingeniosa y original manera de mostrar en una sola toma, sin palabras, la prisión emocional en la que se halla el protagonista.
Un film de una fuerza dramática increíble, uno de los mejores ejercicios expresivos y formales de todo el cine de Almodóvar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Romantic Warrior
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