Algo por lo que todos debemos transitar alguna vez en la vida, aunque sea el tuyo únicamente.
Muestra todas las fases desde poco antes de morir, hasta los prolegomenos de comprar el ataúd, pagar multitud de cosas relacionadas con el entierro, el velatorio, crematorio, etc, etc.

Un momento que me parece de los más interesantes es cuando, adquieren un manual que les va diciendo las palabras que deben decir, como deben mostrarse, etc.
El ABC, de las buenas maneras en un entierro.
No puedes evitar pensar la cantidad de frases hechas, tópicos en que nos movemos.
Todo un paripé sobre el ritual de enterrar a alguien, sea un ser querido o un extraño.

Aquí podemos ver el proceso en el Japón actual, una familia de clase media.
Lo divide en cuatro partes o actos y la filmación es convencional, correcta, académica y eficaz.

Todo está medido, prefabricado para crear la atmósfera que se supone la indicada en la despedida de esta tierra.
La incineración dura 90 minutos, así que comemos mientras esperamos, un almuerzo tardío, ligero, claro.
Así que han inventado, un almuerzo de incineración especial, vegetariano, claro.
El grado de mercantilismo, de negocio puro y duro puede alcanzar cotas siniestras, sospechosas en algo que se supone sagrado.

Se mueve entre el tono solemne y el ligero, con alguna escena que divierte y ameniza la función, en especial una que añade sal y pimienta, entre tanto ritual y ceremonia.

La llegada del sacerdote, ejemplifica las diversas bufonadas ceremoniales que requieren estos actos.
En japón la religión predominante es el sintoísmo, aquí es la que siguen.

La diosa más importante del sintoísmo es Amaterasu Omikami, la diosa del sol, de la cuál se dice que dió origen a la familia imperial japonesa, siendo el emperador su descendiente directo.
El sintoísmo es y ha sido la religión del estado y su sacerdote supremo es el emperador de Japón.
Dicho esto, está dicho todo. Hirohito que estás en los cielos.

Me quedaría con el travelling que realiza sobre los pies de los presentes, mientras el sacerdote reza sus plegarias sagradas y luego el ruido del teléfono.

Con unos tijeretazos solemnes hubiera quedado un tanto más amena, aún así creo que armoniza en conjunto.
Alterna toques humorísticos con momentos solemnes rituales, filmados con pulcritud.
Todos los estadios para ver un ritual sintoísta del país de sol naciente y sus ceremoniosas tradiciones.
P.D
Para hacer una especie de caprichosa trilogía añadiría:
"Un funeral de muerte" 2007. Frank Oz.
Divertida y sarcástica. No el remake, que hicieron tres años después.
"Despedidas" 2008. También nipona. De gran estilismo visual.