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España España · barcelona
Voto de Zappianin:
7
Drama Adaptación de la célebre novela homónima de la escritora estadounidense Carson McCullers. John Singer (Alan Arkin) es una persona sorda que se traslada a una pequeña ciudad sureña para estar con su amigo Antonapoulos (Chuck McCann), que también es sordo. (FILMAFFINITY)
3 de agosto de 2017
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curiosa adaptación de la novela de Carson McCullers, escrita cuando sólo contaba veintitrés años y que la catapulto a la fama.
La historia capta ese aire sureño de racismo e ignorancia de lo mío es lo mejor.
Los personajes que siempre interesaron a la McCullers, son los inadaptados.
En este caso dos amigos sordomudos; el símil no es casual con el racismo.
La alienación que sufren día a día, discriminación, rechazo, querer comunicarse y no poder, esa enorme impotencia.
Hace una clara alegoría de la terrible soledad en la que viven.

Cómo es llamado el personaje de Alan Arkin. Tarado; "Mamá un tarado ha venido a ver la habitación".
Sólo porque es sordomudo. Muestra con detalles así la ignorante crueldad de los sureños.
Si de algo habla por encima de todo es de 'la soledad' y 'aislamiento' que sufren.
Singer, es el irónico nombre escogido para este personaje que allí dónde va hace buenas acciones.
Cómo le dice Stacey Keach. " Tú eres el único de este pueblo que me ha escuchado ".

Para mi gusto la subtrama del médico negro que se niega a curar a los blancos es demasiado larga y la historia de su hija y su marido me sobran.
El ritmo de la cinta no está dosificado por este motivo, alarga algunas tramas que en realidad no aportan nada a la historia.
Pero el conjunto es destacable por su honestidad.
La escena de la fiesta de la adolescente es a todas luces la parte más superflua de la historia y un buen tijeretazo hubiera aligerado y dado ritmo a la historia.

Como curiosidad mencionar el papel secundario de Cicely Tyson, la que fuera mujer de uno de los mayores creadores de la historia de la música, Miles Davis.
Stacey Keach está fantástico en su papel de borracho inadaptado, le da credibilidad y su escena en el bar es brillante.
También mencionar la jovencísima Sondra Locke, aquí esta creíble en su rol de adolescente.
Años más tarde se convertiría en la esposa y musa de Clint Eastwood, no pasó de una más que mediocre carrera al lado del duro director.

La película tiene el mérito de captar ese halo de la América profunda de los años 40'.
Peliagudo equilibrio entre realismo, humanidad, crudeza, espiritualidad, sordidez, candor, amargura, alegría. Sobresaliente la creación de Alan Arkin en la piel del sordomudo, Singer.

McCullers quería que el papel lo interpretase Montgomery Clift, el cuál, también lo habría bordado, pocos actores tan capacitados como él para personajes atormentados. Y la hubiese dirigido el maestro Sidney Lumet. Fantaseáremos con lo que podía haber salido de esa unión...

El final hace que la historia tenga sentido.
También son de agradecer algunos toques de humor, sobre todo al inicio.
Maravilloso arranque con el gordito tragon de Argus, los 6 primeros minutos sin un sólo diálogo, nada más sonidos y ruidos de fondo, delicioso.
Resaltar la sobrecogedora creación en las escasas cuatro escenas que sale.
Piensas, de donde han sacado a este tipo, ni hecho a medida como un traje hubieran encontado un actor más apropiado para el papel:
La cara que pone en el hospital, cuando ve a su amigo no tiene palabras.

Un buen montaje, hubiera convertido la película en algo mucho más solido, así como unos retoques en el guión, la habrían hecho envejecer infinitamente mejor, pero esto es lo que hay.
Recomendable por sus dosis de ternura y manifiesta humanidad.
No quiero olvidarme de la hermosa metáfora de música y comunicación que propone.
Zappianin
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