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Voto de miguel:
9
Drama Tras la construcción de la presa de las Tres Gargantas (China) la aldea de Fengjie fue inundada y sus habitantes realojados en un nuevo emplazamiento. El minero Han Sanming regresa a Fengjie, después de 16 años de ausencia, a buscar a su mujer. También la enfermera Shen Hong busca en la aldea a su marido. (FILMAFFINITY)
26 de octubre de 2008
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jia Zhang-ke es a día de hoy el gran cineasta chino en el panorama mundial (a la espera de una mayor continuidad del prometedor Wang Bing) y uno de los más grandes de todo el mundo asiático. Siguiendo el camino iniciado por Kiarostami, Jia construye sus películas en base a pequeños dramas, apenas esbozados, que generan grandes ideas. Huyendo de las formas del drama tradicional. ubica sus películas en tiempos gigantescos, que son los del avance del gran mastodonte chino, donde el individuo ha desaparecido por completo y las pasiones humanas viven subordinadas al avance colectivo. Si bien en los tiempos y en la exposición del drama, Jia se parece al maestro iraní, los escenarios que filma y su deseo de acercarse a la Historia le acercan a otro gran director como Roberto Rossellini. Al igual que Rossellini, Jia confronta al individuo anónimo frente a la gran Historia, al pequeño trabajador frente alas portentosas obras que China pretende legar al mundo.

Creo que Naturaleza muerta es, hasta el momento, su mejor película. A cada paso que daba, el director chino ha aumentado las dimensiones de sus películas. Desde los pueblos perdidos del interior que vivían al margen de la gran Revolución y la Historia del país, Jia empezó a construir proyectos a escala muchísimo mayor. El primero, The World, estaba rodado en el parque temático homónimo de Pekín, una macroestructura que representa a una escala de un tercio maravillas de la humanidad como la torre Eiffel, el Taj Mahal o las pirámides egipcias, donde se desarrollaba una globalización interiorizada y represor controlada por el gobierno chino. Era una película fría y distante donde el individuo había perdido su humanidad, convirtiéndose en un espectro. Naturaleza muerta une su cine más modesto con la escala dantesca de The World. Los protagonistas tienen ahora una historia (un hombre en busca de su mujer abandonada años atrás y una mujer tras la pista de su marido) y un lugar de procedencia. Su drama se escenifica bajo la mirada de la presa de Sanxia, una de los principales monumentos de la nueva y orgullosa China, que obliga a derribar e inundar antiguos pueblos, vestigios del pasado, memoria viva de un drama colectivo que ha quedado atrás en el tiempo. Los referentes históricos desaparecen en una China donde el impacto del comunismo ha provocado una supresión del tiempo, del acontecimiento. Es normal, por tanto, que en este drama desubicado y posthistórico puedan hacer acto de presencia con la mayor naturalidad naves extraterrestres. Es la inconsistencia del presente, la negación del pasado, lo que precipita las imágenes hacia la indeterminación. Pocas veces un final abierto ha adquirido tanto significado.
miguel
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