Carreteras secundarias, una camioneta, verano, años 70, gasolinera y unos jóvenes que recogen a una desconocida en estado de shock. Aunque no lo parezca, esto no es "La Matanza de Texas" sino su copia noruega.

Una dolorosa lucha por la supervivencia, en la que el director se recrea dedicándose a estremecer y escandalizar al espectador con macabras escenas gore. Son estas escenas de alto voltaje las que permanecerán en nuestra memoria y lo único que hacen a "Rovdyr" diferente del resto, ir un paso más allá con un dolor crudo y realista.

En este pilla-pilla forestal los minutos se pasan viendo a los personajes escurrirse entre ramas y matorrales, explorando el escenario hasta que aparezca algún mala-bestia y les haga una de sus trampitas, para dejarlos cojos, mudos o echando sangre a chorros. Parece que al cazador de Bambi se le acabaron los ciervos.

Una película que ya hemos visto, y no sólo una vez, pero merece ser vista por su cocktail de crudeza/belleza setentera y por contener escenas para el recuerdo. Espectadores sensibles abstenerse.

Lo mejor: sus pequeños climax.
Lo peor: no transciende de ser un espectáculo gore.