Al principio de mi visionado, desconocía quien firmaba la película. Lo primero que veo es a Ben Stiller (y mi subconsciente le relaciona con los hermanos Farrelly). Una de las primeras escenas relata el intento del protagonista de pedir a su novia que se casen y, en pos de la originalidad, recluta a diez niñitos para que cada uno sostenga un cartel con una letra que, debidamente alineadas, permiten leer: Marry me Pam (cásate conmigo Pam). Pero al cuarto niño se le cae su cartón y en vez de Marry se lee Mary (y mi subconsciente relaciona este nombre con los hermanos Farrelly). Al rato, el protagonista busca su maleta en el aeropuerto y un bebé le echa la papilla en su hombro (y mi subconsciente relaciona el gag de mal gusto con los hermanos Farrelly).

Ya no soportaba más y tuve que hacer una consulta. Cuando averigüé que el realizador era un tal Jay Roach me quedé tranquilo y empecé a disfrutar del filme.

Lo cierto es que Meet the parents es una comedia con buenos momentos satíricos que le proporcionan un interés superior al del grueso de comedias contemporáneas. La comicidad crítica de este film versa sobre la familia política, aquélla con la que uno o una se ve obligado a congeniar aunque no exista fundamento para ello. Uno o una se casa, o se amanceba, con una persona, pero no con una familia. Y el filme recrudece este hecho con una cadena de catástrofes familiares provocadas por el nuevo miembro. Lástima que, en el final,...