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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
6
Serie de TV. Thriller Miniserie de TV (2014). 3 episodios. En 1950. Quirke, un patólogo de la morgue de Dublín, es un poderoso personaje que se siente más a gusto en el depósito de cadáveres que en entre sus semejantes. Curioso por naturaleza, su obsesión es averiguar la causa de la muerte de los que allí reposan. Investigando la desaparición de un cadáver, profundiza en los secretos de Dublín y así es como llega a descubrir los pecados de su pasado y la ... [+]
23 de junio de 2015
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
La esforzada voluntad noir de que hace gala esta miniserie viene matizada por unas holguras presupuestarias poco acostumbradas en el subgénero. Aunque viendo el buen gusto con que, de un tiempo a esta parte, se están haciendo las cosas en televisión —al menos en lo que a ficción se refiere—, la generosidad en el dispendio no extraña tanto.
Efectivamente, "Quirke" adapta a la pequeña pantalla las novelas que el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2014 firmara con el pseudónimo de Benjamin Black. Esto es, el irlandés John Banville. En concreto "Christine Falls" (El secreto de Christine, 2006), "The Silver Swan" (El otro nombre de Laura, 2007) y "Elegy for April" (En busca de April, 2010).
Con todos sus aspectos positivos, que los tiene, y que desgranaré a continuación, hay que reconocer que "Quirke" no es ningún prodigio argumental. De hecho, atraviesa su primer episodio una convencional trama de niños robados de la que se trata de escapar recurriendo a un retruécano final —casi un calambur— bastante ineficaz, por impuntual e incoherente. La intrascendencia que preside el tercero revela su empeño —escasamente convencido, por otra parte— en atar los cabos sueltos que pudiera haber dejado la naturaleza parcialmente autoconclusiva de los tres capítulos que vertebran la serie. Sí me ha gustado, y mucho, el segundo, correspondiente a "The Silver Swan". Sobre todo porque alienta en él la vigorosa sordidez que se les presume a productos de su pelaje, un resabio "pulp" que remite gozosamente a James Ellroy, maestro indiscutible del "hardboiled" contemporáneo.
La ambientación, marca de la casa BBC, es excelente. El plomizo Dublín de los 50 devora a sus hijos con la voracidad de un decadente Saturno goyesco. Los responsables del diseño de producción debían de tener en mente el axioma con que hará cuatro años me ilustró un airado taxista local: "en Irlanda no hay más que lluvia, viento y pubs. Y hay pubs porque dentro de ellos ni llueve ni hace viento". Tan cínico como acertado.
Otro punto fuerte en "Quirke" es la elección de Gabriel Byrne para encarnar al personaje que le da título. El de forense alcohólico aureolado de ínfulas detectivescas es un rol con numerosas papeletas para degenerar en burda caricatura. No obstante, Byrne aporta esa prestancia suya, hecha de miradas tristes y hombros derrotados, que lo reviste de una dignidad inopinada, componiendo un sólido centro de gravedad dramático y estético, ancla sin la cual se hubiera corrido riesgo serio de naufragio.
Carorpar
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