Original y magnífica propuesta de un N. Ibáñez Serrador que, con escasez casi absoluta de recursos materiales, es capaz de componer una historia de intenso sentido dramático y llena de verismo.
Una cuidada ambientación sonora, un ritmo directo y ajeno a los ambages, el blanco y negro de las imágenes o uno primeros planos audaces, en que las miradas se hacen protagonistas, componen los elementos de una técnica cinematográfica muy eficaz y sugerente.
Todo resulta natural y sencillo pero también profundo.

La interesante perspectiva con que se aborda la vida de E. A. Poe, que se fue degradando hasta convertirse en un fantasma frío y viscoso, merecía un trabajo como el presente.