En una pequeña ciudad americana del condado de Montgomery una empresa y su instalación química explosionan dejando libre en el aire una toxina absolutamente mortal que deja en los habitantes del pueblo signos de mutación genética, por lo que el ejército interviene poniendo en cuarentena toda la zona, y como era de esperar, dejando a los supervivientes, mutados y no mutados, indefensos y acorralados en su interior.
Jim, atrapado en una finca de caballos con su novia Emily recién fallecida, trata de sobrevivir a la toxina, los mutantes y el ejército y escapar de allí antes de verse afectado él mismo.
Carente en algún momento de la tensión necesaria y con el referente de Atrapados en Chernobyl, que todo sea dicho, a mí me encantó, la peli tiene como principal atractivo las interpretaciones de sus protas y algún que otro susto truculento. Huele demasiado a cualquier peli de zombies-infectados y los efectos especiales, sobre todo los helicópteros militares sobrevolando la finca cantan y mucho...
Aún así merece la pena, no es muy larga y entretiene todo lo que dura, si bien es verdad que se olvida media hora después.
Lo mejor: El principio. El ataque del primer infectado previas huellas de barro. Jay-quesazo Hayden.
Lo peor: Se queda en conjeturas y tira demasiado de tópicos convencionales en el género. Lo de la televisión analógica con cuernos es hasta simpático.
Corren más que en Walking Dead, y ya es decir...
Bienvenidos sean los Clay Brothers, a la espera de Interception del 2009...