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Argentina Argentina · santa fe
Voto de rouse cairos:
7
Drama Julia (Martina Gusman) es una joven acusada del asesinato de su novio. Aunque las circunstancias del crimen no están claras, acaba ingresando en prisión. Abatida y embarazada deberá adaptarse a su nueva vida en la cárcel, donde nacerá su hijo Tomás... (FILMAFFINITY)
24 de agosto de 2008
43 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los niños que nacen entre rejas, el vinculo madre-hijo en esas circunstancias, la relación de solidaridad u hostilidad con las compañeras del presidio, el derecho de los que están afuera y el de los que están encerrados, son los temas incorporados al último film del realizador argentino Pablo Trapero, que elude transitar por los lugares comunes del subgénero de películas carcelarias, evitando hacer de lo escabroso un motivo central.
Una vez más, el cine nos introduce en una realidad con códigos y lenguajes ocultos para el mundo cotidiano. En la jerga carcelaria “leonera” es el nombre de la celda donde se aloja a los presos cuando esperan ser procesados o atendidos en el hospital. Un espacio transitorio, donde se permanece entre rejas y a mitad camino entre el adentro y el afuera…Pero este sustantivo que además es femenino, puede funcionar también como adjetivo para definir el instinto maternal de estas mujeres con una capacidad de resistencia que se potencia en defensa de sus crías.
El relato se centra en Julia (excelente Martina Gusmán), una joven universitaria que sin ningún prólogo, iniciará una travesía por un proceso de transformaciones que cambiarán radicalmente su vida. Acusada de asesinato (ella no recuerda lo que pasó en una confusa situación que nunca se aclara) es enviada a una unidad penitenciaria, donde se alojan las reclusas madres y embarazadas. Allí aparecerán aliados y oponentes, revelaciones y aprendizajes que llevarán a la protagonista a descubrir que el nuevo vínculo con su hijo es el sentido de su vida y su proyección de futuro.

A contrapelo de los elementos morbosos agazapados en la temática de los submundos presidiarios, el film encara el tema buscando la naturalidad e incluso introduce momentos de alegría o ternura, que pueden suceder aún en esos espacios marginales, como cuando las mujeres celebran los cumpleaños de sus hijos o juegan con ellos en patios cubiertos de pinturas infantiles. Es un realismo suavizado con distintos registros, de la ternura a la furia, del drama a cierto humor.
Actuaciones y rubros como la fotografìa, sobresalen en esta película, donde los hechos transcurren ante una cámara siempre activa, donde predominan las panorámicas y los travellings que se deslizan con ritmo sereno o agitado, según las circunstancias.
La música infantil también refuerza la idea de no insistencia en lo oscuro y opresivo; la serie de preguntas que abren y cierran el film insisten en la solidaridad, el descubrimiento del prójimo y la pertenencia a un lugar del mundo. Todo subraya los vínculos que en última instancia enlazan a los hombres como "una estrella que rebota en la cabeza de ese niño”, que “es mi vecino” y que habita en el continente americano y dentro de él, en el universo que a todos nos contiene.
rouse cairos
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