Película carcelaria alejada de la violencia a las que nos tienen acostumbrados las películas de este tipo. El personaje principal, interpretado por un magnífico Jeffrey Wright, está a punto de salir en libertad tras 24 años de reclusión por un mortal error de juventud. Sus últimas semanas previas a la libertad se irán complicando a consecuencia de la llegada de un joven delincuente.
Me ha gustado y la recomiendo por su visión reflexiva del arrepentimiento, del perdón y de las dificultades de sobrevivir en un ambiente no fácil para aquellos presos que evolucionan y maduran con el paso de los años viviendo recluidos y eligen vivir tranquilamente, sin buscar complicaciones, en espera tan solo de acabar sus condenas y volver a la sociedad, conscientes de saber que en ocasiones puede ser más conflictivo el mundo exterior que el rutinario de la prisión.