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España España · Neverland
Voto de Dragondave:
7
Drama. Comedia Versión libre del nacimiento del festival más famoso de la historia. Fue Elliot Tiber quien hizo posible que, en 1969, el Festival de Música y Arte de Woodstock se convirtiera en un acontecimiento histórico. Elliot, un decorador neoyorquino, tiene que volver a su pueblo para ayudar a sus padres a llevar un viejo motel, El Mónaco. Cuando se entera de que en un pueblo vecino han suspendido un festival de música hippy, llama a los ... [+]
29 de septiembre de 2009
44 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quien quiera ver un documental sobre Woodstock, con sus míticas actuaciones, que busque en (como no) un documental o dvd musical del festival o los innumerables discos que debe haber al respecto.
Lo que aquí Ang Lee nos presenta no trata sobre el festival en sí, sino sobre lo que había detrás, sobre sus cimientos, los ideales que lo crearon, o la fiesta alternativa que tenía a su alrededor.
Utilizando como excusa e inspirándose libremente (lo que no indica una adaptación) en las memorias de Elliot Tiber (protagonista del film) sobre los orígenes de este mítico evento, la película pretende recrear y rememorar unas sensaciones y un sentimiento ya olvidado y obsoleto por nuestra sociedad actual.
Nos sitúa en las verdes y hermosas praderas del pueblo de White Lake, jugando muy sabiamente con la pantalla partida (toma nota Rosales de cuando este recurso se usa para beneficio de la historia y lo que se quiere contar, y no como mero recurso estético/innovador) que ayuda a esparcir nuestra atención ante las múltiples visiones y emociones que se vivieron aquellos días.
Nadie puede negarle al sabio Lee que sabe donde colocar una cámara y como moverla sin que el espectador note su presencia, y es así como entramos de lleno en esos tres días de paz y música sin parangón alguno. Además, una historia sencilla al servicio de la nostalgia y el ambiente más que para contar una historia al uso, contiene una multitud de personajes y actitudes tan vivas y tan bien recreados que, si no le pedimos lo que no nos quiere ofrecer y aceptamos lo que sí nos ofrece, hacen de esta aventura una fiesta tan emocionante como la que se relata de fondo.
Quizás el personaje de Hirsch es el que tiene una presentación menos cuidada (por cierto, si este actor empieza a elegir sabiamente sus papeles como en "Milk" o "Into the Wild", puede llegar a hacer grandes cosas en el cine) pero al final se acaba haciendo con el público al igual que Goodman, Schreiber o Staunton.
No es casualidad que el protagonista jamás llegue a ver el festival, porque Ang Lee desea centrarse en su envoltorio, en sus furgonetas pintadas de colores chillones y flores estampadas, las largas colas de gente que asediaban la carretera y los lagos llenos de hippies bañándose.
Y es que ves la libertad y la ausencia de prejuicios, de esa gente danzando sin ropa con sana alegría e ingenuidad, llenos de amor por la música, ennubilados por las drogas, amando al ser humano y no al género sexual, dejándose llevar y siendo puramente uno mismo, que te dan ganas de despojarte de tus ropas, lanzarte al barro y gritar junto a ellos ¡Yo también amo este monte!
Y ése es el sentimiento que quiere que tengamos Lee, y en mi caso lo ha conseguido.
Dragondave
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