Puedo contar con los dedos de la mano, cuando voy al cine creyendo que voy a ver una peli del montón, y me llevo una gran sorpresa. Es muy triste que estas comedias tan inteligentes y tan infrecuentes, presentan venderla como una chorrada de chistes obsenos. Tras la genial, particular y desconocida "Los imprevistos del amor", este director vuelve a usar su gran mano tras las cámaras, para dotar a esta comedia de profundidad y estilo. Además de tomarse unas licencias espectaculares en cuánto a planos se refiere, logra sacar un dubitativo guión adelante. La película parece ir a la deriva, de una primera parte más gamberra, a una segunda más dramática y reflexiva. Es una comedia con un estilo tan personal gracias a la grosería de Rebel Wilson (haciendo casi lo de siempre) y a otros personajes muy bien marcados, que te logra atrapar. Diálogos chispeantes y por momentos surrealistas, unos primeros planos apabullantes de Dakota Johnson, y un argumento serpenteante que salta de la comedia, al drama, a la locura y a la pausa, mezclando géneros a partes iguales... Esta película es toda una coctelera de emociones que te hacen reflexionar y empatizan contigo sin parar. Un clásico atemporal, una de esas piezas tan únicas y especiales que perduran en tu mente días después. ¡Bravo!

Lo mejor:

1-Es gamberra, es inteligente, es dramática, es romántica y es independiente. Todo a partes iguales.
2-La dirección tan inspirada e inusual en esta clase de pelis.
3-Los diálogos gamberros de Rebel Wilson y los primeros planos de Dakota Johnson.

Lo peor:

Puede perderse un poco al final con la reflexión moral.