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España España · Barcelona
Voto de reporter:
8
Drama Natalia y Carlos son dos jóvenes veinteañeros enamorados que luchan por sobrevivir en la España de la crisis. Sus limitados recursos les impiden satisfacer sus deseos y su progreso vital. No tienen grandes ambiciones porque no albergan grandes esperanzas. Para ganar dinero deciden rodar una película porno amateur.
29 de mayo de 2014
34 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otro día a tachar en el calendario... y poco más. El plan de hoy, idéntico al de ayer... y probablemente calcado al del mañana. ¿Qué le vamos a hacer? ''Es lo que hay.'' Al mal tiempo... a saber. Sin pensarlo, Juan (por ponerle un nombre al personaje) se viste, comprueba los mensajes que su móvil ha ido acumulando a lo largo de la noche, rapiña algo de la nevera y sale de casa, no sin antes haber efectuado las más habilidosas maniobras con tal de evitar cualquier contacto (físico, dialéctico, visual...) con su madre. Una vez fuera, lo de siempre, que no está tan mal, ojo. Reunión semi-improvisada con los colegas. En el banco del parque de toda la vida. Hoy parece que sólo faltan dos. Da igual, ya aparecerán, y si no, ellos se lo pierden. Al fin y al cabo, aquí se está la mar de bien... ¿no? Es decir, ¿qué mejor sitio en el mundo que este rinconcito? ¿Y qué si hay pocos otros sitios a los que ir? ¿Y qué si a uno no le queda otra alternativa más allá de la de pudrirse aquí?

Hablemos de España, donde cualquier sueño de prosperidad lleva muerto desde hace mucho tiempo, o si se prefiere, lleva enterrado en el más increíble de los mitos. Esto es así, para ponerle fecha a la efeméride, desde hace aproximadamente ocho años. A partir de ahí empezó el ''Es que la cosa está muy mal'', el ''Está jodío' el asunto'', el ''¿Qué le vamos a hacer?, es la crisis'' y el ''Nada que hacer aquí''. No es país para jóvenes. 'Hermosa juventud' (título que todavía no se sabe si responde a un incremento repentino y dramático en la acidez del discurso o a un ataque de esperanzadora sinceridad), es el nuevo trabajo de uno de los cineastas más valiosos de nuestra querida cinematografía, últimamente tan marginada (¿casualidad?) en los grandes festivales. Hablando de... Jaime Rosales presentó en la Sección Un Certain Regard de la 67ª edición del Festival de Cine de Cannes (¿por qué demonios no le han permitido hacerlo en la Competición Oficial?) el que seguramente su mejor filme de su carrera. El más ambicioso, seguro.

La premisa es aparentemente sencilla (seguir el día a día de Natalia y Carlos, una pareja de veinteañeros de bajo estrato social que sobrevive, como puede, y por así llamarlo, en el Madrid actual), pero exige un esfuerzo colosal para que pueda llegar a adquirir un verdadero sentido. Vuelve Rosales ''el intruso'' en su mejor versión; vuelve esa especie de ente al que no se le escapa ningún detalle; el que se niega a concederse cualquier momento de flaqueza. El observador no se conforma con pegarse a sus víctimas (sin que ellas se enteren de dicho acoso, importante), sino que además se aferra a todos los detalles; a todos los gestos, y los exprime hasta dejarlos secos. Como si de una bestia insaciable se tratara, el director y guionista se alimenta de sus propias creaciones, brillantemente interpretadas por Ingrid García-Jonsson y Carlos Rodríguez, a quienes tendríamos que preguntar en qué parte de su -impecable- trabajo empieza la actuación y en cuál sigue la prolongación natural de lo que debe ser muy cercano a sus respectivas vidas.

En las bromas más espontáneas, en las broncas más contundentes, en los detalles que nos hunden en la depresión más incurable y en aquellos que por el contario hacen que esta puta mierda de vida que se nos ha dado sea, a fin de cuentas, el regalo más valioso. También en los balbuceos, en las estupideces y en el argot callejero... Rosales lo capta y lo entiende todo. No es feísmo, tampoco son amaños preciosistas (mucho menos arrebatos pornográficos), es que ''la cosa está así''. Es que simplemente en algunos pocos días la vida te sonríe, y en otros dos días se porta como una inmisericorde zorra. El espíritu neorrealista renace, a 24 imágenes de whatsapp por segundo, en el corazón de un país que se desangra: 'Hermosa juventud' es un drama profundamente humano... e inseparable del entorno y las circunstancias donde ha nacido. Por cierto, tanto los economistas como los filósofos de hoy en día opinan que en este mundo ultra-globalizado, las naciones que van a salir adelante van a ser aquellas capaces de ofrecer a su población un más completo y mejor marco (de oportunidades) en el que poder desarrollarse como individuos.

Volvemos a nuestro hogar y... ''Sin comentarios''. Lo sabemos nosotros, lo sabe el director y por lo visto lo saben también sus personajes, convertidos en personas ((en mayúsculas)... convertidas, a las primeras de cambio, en reflejo perfecto de su entorno. Y se rompe así una de las más inamovibles normas del cine de Rosales: la de la rutina rota súbitamente por el más violento y contundente de los golpes. Aquí ''las horas'' del día a día se ven constantemente interrumpidas (o marcadas) por la vida misma. Hablamos de la híper-contextualización (en una realidad vampiresca y caniblizadora), no como un recurso sádico, sino como la única herramienta para alcanzar un compromiso (total) para con un momento dramático que, al menos, y no es poco consuelo, ya tiene una imprescindible película con vocación generacional a la que acudir en momentos de máxima necesidad. Todo en ella atrapa por su veracidad. ''Los lunes al sol''. Y los martes, y los miércoles, y los jueves, y... Algo así como la reedición de aquel tan inspirado Fernando León de Aranoa, solo que dedicada a la gente a la que todavía le queda mucho por vivir. Y ahora sí, hablemos todo lo que queramos sobre el cine español. Por favor.
reporter
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