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Voto de Capitan Ahab:
2
Drama El joven hijo del Zar Nicolás II es querido por los suyos y por el pueblo. Ahora bien, está aquejado de hemofilia. El sacerdote Rasputin, quien le salva de una grave herida ante la sorpresa de los impotentes médicos, se ganará la confianza de la Zarina. (FILMAFFINITY)
19 de octubre de 2016
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El gran aliciente cinéfilo de la película está en que reúne a los tres hermanos Barrymore. Pero lo cierto es que los personajes que les encomienda el acartonado guión son tan estereotipados que apenas pueden lucirse. Ethel Barrymore, como zarina, se pasa la película en estado hipnótico por el malvado influjo de Rasputín, moviéndose y hablando como un robot, para lo que no se necesita mucha habilidad interpretativa, y John Barrymore encarna a un personaje de bueno de la película tan tópico y plano que tampoco da mucho de sí. Lionel Barrymore, como Rasputín, tiene un poco más margen, pero casi todas las escenas sucumben presas de la poca ductilidad del guión, mera ilustración de la versión del final de la realeza rusa más conveniente para el gusto de Hollywood. Uno de los pocos aciertos es curiosamente, la breve secuencia de la ejecución de la familia al completo, breve y contundente. El guión se agarra a la visión de unos zares deseosos de dotar de un parlamento y una democracia constitucional a su pueblo aunque (¡mecachis!) no les dieron tiempo. Rasputín es la negritud total: quiere la perpetuación del feudalismo, quiere la guerra porque sí y quiere ser el zar de hecho gracias a sus influencias y sus poderes hipnóticos mientras se da la gran vida entre manjares y mujeres, de modo que tendrá que ser el asesor fiel y liberal interpretado por John Barrymore quien asuma la responsabilidad, cruel pero justa, de liquidarle. Tal como dicen las crónicas, son los padecimientos adheridos a la hemofilia que padece el heredero al trono lo que hace que la zarina recurra al misterioso monje siberiano, visionario y sanador, y le vaya confiando cada vez más cuotas de poder. En lo que no se sigue la historia (confirmada por las últimas investigaciones) es en que el asesinato de Rasputín fue instigado y tal vez incluso realizado por los servicios secretos británicos y que el motivo fue el contrario del que alega este guión, es decir, que se le liquidó porque el monje, religiosamente pacifista, estaba utilizando su influencia para conseguir que Rusia se retirara de la Gran Guerra, en la que era aliada de Gran Bretaña contra Alemania.
Capitan Ahab
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