Siempre he pensado que la prostitución, no solo la ejercen esas mujeres de falda corta y escote profundo que miran descaradamente a los hombres mientras arrojan el humo a sus caras.
La prostitución puede encontrarse en cualquier oficio, desde un panadero hasta un médico, pasando por un escritor. Esta película contiene muchas de las características que podríamos asociar con ella. Un guión maniqueista, abarrotado de cliches baratos que deslizan el escote de los diálogos, hasta casi mostrar los pechos de sus protagonistas; acortando la creatividad de una falda, ya de por si demasiado corta.

No me molesta la prostitución, pero si, cuando bajo mi opinión se ejerce desde lugares donde no debería hallarse.
Las premisas que aquí se utilizan son absolutamente manipuladoras de los sentimientos más básicos. Todas las consumidoras de estos productos, probablemente no han descubierto aún, que el príncipe azul... destiñe.

No pierdas tu tiempo, todo está trillado y mascado, es un producto que no alimenta, porque la sustancia creativa no ha sido utilizada.

Un 3