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Voto de msuarezpamplona:
8
4,2
1.648
Intriga. Thriller
Regina Lambert (Thandie Newton) conoce al encantador Joshua Peters (Mark Wahlberg) mientras está de vacaciones en Martinica pensando en poner fin a su matrimonio con el enigmático Charlie (Stephen Dillane). cuando regresa a París, descubre que tanto su cuenta corriente como su piso están vacíos y que su marido ha sido asesinado. Tres antiguos colegas de Charlie (Joong-Hoon Park, Ted Levine, Lisa Gay Hamilton) la siguen con el propósito ... [+]
7 de septiembre de 2010
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ayer no había nada decente en ningún canal, ni en las privadas convencionales ni en Digital +, sí había algunas series y películas que podían tener cierta calidad pero que no despertaron mi interés. Además aquellas que sí me apetecía ver estaban demasiado empezadas como para seguirlas. Mi gran decepción fue cuando acudí a Calle 13 esperando ver un thriller o alguna entretenida cita de suspense y me encontré Miss Agente especial. Estaba apunto de cancelar mi cita con el cine para irme a la cama cuando vi que en AXN por curiosidades del destino comenzaba un curioso thriller de Jonathan Demme (director de "El silencio de los corderos" y "El mensajero del miedo"), además estaba protagonizada por Marc Wahlberg, Thadie Newton, Tim Robbins y Ted Levine, todos ellos eran buenos actores (algunos mejores que otros) aunque mi gran descubrimiento en el film fue el surcoreano Joong-Hoon Park. Recordé que la película era un remake del 2002 de Charada, y aunque el ritmo al comienzo no era demasiado esperanzador decidí darle una oportunidad. Hay que decir que la película, ambientada en París, es correcta pero no una obra maestra, he decidido escribir sobre ella porque tiene rasgos en el guión y la dirección, no sé si excelentes, pero sí muy interesantes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La película retrata la sociedad de la desconfianza en la que vivimos hoy en día, desconfianza en gobernantes, mediadores, periodistas, vecinos o amigos. El film parte del asesinato del marido de la protagonista, un hombre extraño con el que sólo llevaba casada 3 meses y que pensaba separarse, además unos minutos antes la hemos visto ligotear con Walhberg. Tras el asesinato ella decide no fiarse de la policía pero sí de dos desconocidos, el primero el atractivo Walhberg que casualmente aparece cada vez que tiene un problema y el segundo un curioso agente norteamericano que le cuenta el secreto de su vida, montados en una noria. Varias escenas de la película nos van enfrascando en una surrealista temática, escenas como la del cigarrillo que casi ahoga a la protagonista o los extraños espías que la persiguen, cada uno de una raza y nacionalidad diferente, permiten que el espectador empiece a preguntarse cosas, ya no sólo acerca de la historia del film sino de la ficción en la que el director quiere introducirle. Y hasta aquí todo es normal, lo complejo no está en la historía sino en la forma de contarla. Demme decide recoger la herencia del cine de suspense más vanguardista de Welles y de Reed en "El tercer hombre" y las formas de la nouvelle vague de Godard ("Al final de la escapada") y Truffaut ("Los cuatrocientos golpes") para homenajearla a la vez que la intenta reinventar con las nuevas técnicas de montaje (Carol Littleton) y grabación. Pero no sólo eso, sino que el surrealismo también se introduce en su propia banda sonora, ya que cuando el protagonista pone un disco, el cantante (Charles Aznavour) aparece cantado una de sus última baladas. Igual que la escena del tango (una de las que más me gustaron) en la que varios personajes van cambiando de pareja, en una sala en la que curiosamente todos los implicados, menos uno, van encontrándose al ritmo de un tango cantado por el icono de la nouvelle vague Anna Karina ("Pierrot el loco").
En conclusión: Demme consigue hacer una curiosa obra nostálgica, a la vez que reivindicativa, que permite pensar en el resurgimiento de aquellos intelectuales franceses, que por un día se cuelan en un remake estadounidense.
En conclusión: Demme consigue hacer una curiosa obra nostálgica, a la vez que reivindicativa, que permite pensar en el resurgimiento de aquellos intelectuales franceses, que por un día se cuelan en un remake estadounidense.