Siempre me pareció extraña y aterradora la película de Adrian Lyne de 1990 con Tim Robbins, así que cuando vi que se había rodado un remake de aquella cinta me apresure a verla, pero como suele ocurrir en estos intentos de construir una misma película basándose en otra antigua la decepción fue total.

La película carece de aquella atmósfera siniestra y aporta poco, tampoco le dan otro enfoque a la misma historia. Michael Ealy asume el antiguo papel de Tim Robbins de Jacob Singer, un veterano de combate que sufre de alucinaciones. Cuando Jacob se entera de que algunos amigos del Ejército tienen los mismos problemas, comienza a sospechar de que existe una conspiración, un sentimiento que se agrava cuando le dicen que el ejército le mintió acerca de la muerte de su hermano. A medida que investiga más, comienza a cuestionar todo sobre su propia realidad...

El nuevo guion de Jeff Buhler ("Cementerio de animales" de 2019) y Sarah Thorpe no saben dotar a la historia de las mínimas sorpresas que hagan que te interese, cayendo en picado este decepcionante film, incluida la resolución final.

El film original fue un thriller psicológico que utilizó el TEPT y la guerra de Vietnam como pretexto útil para explorar la locura que viene después de haber sufrido las consecuencias de una guerra, el guionista Bruce Joel Rubin consiguió plasmar muy bien este sentimiento de angustia en el personaje principal y Adrian Lyne le aporto unas escenas muy inquietantes de locura, consiguiendo con el boca a boca lograr un film de culto.

El director mediocre David M. Rosenthal se hace cargo de este film desperdiciando el talento de los actores, defraudando completamente a los fans del original y ofreciéndonos un film con un formato televisivo.
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