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Voto de samuel beckett:
8
7,4
49
Documental Año 1974. En una pequeña ciudad escocesa, los trabajadores de las fábricas se niegan a realizar reparaciones en los motores de aviones de guerra en un acto de solidaridad contra el violento golpe militar en Chile. Pasarían cuatro años antes de que los motores, que se oxidaban en el patio de la fábrica, desaparezcan misteriosamente en el medio de la noche.
1 de diciembre de 2021
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Hacía mucho tiempo que una película no me emocionaba tanto como Nae pasaran: Conmovedora, honesta y con una sensibilidad a flor de piel. Un film para seguir creyendo en el ser humano como especie, para creer en muchos hombres y mujeres que hacen cosas como las que he podido contemplar con enorme interés a lo largo de casi hora y media.
Felipe Bustos Sierra es hijo de un periodista chileno exiliado en Bélgica tras el golpe de estado de Pinochet. Ha rodado algunos cortos y éste es su primer largometraje documental.
El argumento es sencillo: Varios trabajadores de la Rolls Royce, que en aquel tiempo reparaban y hacían el mantenimiento de componentes de todo tipo, se negaron entre 1974 y 1978 a arreglar piezas de artilugios de guerra que venían de Chile hasta Escocia, dichos obreros boicotearon las reparaciones como gesto solidario ante la brutal represión del régimen militar; no debemos olvidar que las piezas de esos aviones que se reparaban eran los Hawker Hunters, los mismos que bombardearon el palacio de la moneda el 11 de septiembre de 1973. 40 años más tarde tres de estos trabajadores se reúnen en un pub con el director y comentan la experiencia, enriquecida con muchas entrevistas a personas que sufrieron torturas en los 70 o fueron expulsadas de Chile.
En Glasgow, a 10.000 km de distancia de Santiago de Chile, varias personas se jugaron sus puestos de trabajo y boicotearon por ayudar a personas que no conocían. Es increíble que muchos torturados y represaliados conocieran el boicot y para ellos supusiese una dosis de energía y empatía, de arrasadora fuerza, de que no estaban siendo olvidados.
Felipe Bustos Sierra estructura el film de manera precisa, con documentos de época muy bien elegidos y entrevistas. Él mismo es el conductor y guía del film, es él quien entrevista y como acabo de decir, quien lo estructura.
Bob Somervile, John Keenan y Stuart Barrie son un ejemplo de que en la vida hay que ser consecuente, ellos sabían que sus acciones podían ser penalizadas, que su puesto de trabajo estaba en peligro pero continuaron el boicot durante años y fueron más allá, llegaron a esconder alguna de las máquinas de la dictadura.
Felipe Bustos realiza un film modesto, humilde, humano, correcto en la forma, no va más allá en ella porque está mucho más interesado en el fondo: Ver la cara de los obreros escoceses cuando escuchan de torturados chilenos el impacto de sus acciones es impresionante, conmueve.
Un film poderoso, arrollador, que revuelve nuestro interior, que nos da esperanza y confianza en el género humano. Hay que verla.
samuel beckett
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