Es cierto que Stephen King tiene bien merecido su más que afamado respeto escribiendo. Incluso en la actualidad, se dice que la gente del mundo del celuloide ya se pelean por los derechos cinematográficos de sus novelas antes de que las escriba. Vamos, que al buen hombre nunca le faltará un plato de comida sobre su mesa.

Otra historia muy distinta es, la forma en la que los directores presentan sus cuentos en la gran pantalla. Normalmente, ver una película que adapte un libro de King supone más de tres horas en el butacón. Da miedo mirar tu cenicero al acabar la película.
También, sus adaptaciones, suelen aparentar esos desaires de telefilmes. No todas; pero sí la gran mayoría. Y "Sonámbulos", aunque se libra de la perpetuidad en el televisor, sí cae en picado en esto último; La cutrería.
Aún así, si se tiene claro con Sonámbulos, que estamos dispuesto a ver una película "made in King", sabiendo lo que conlleva, no defrauda.

Yo veo oportuno definirla como buena.