He aquí otro claro ejemplo, relatado con inmensa exquisitez, de cómo la ignorancia puede incluso ser un arma mortal.
¿Que mi vecino tiene mejores gallinas que yo?, me corroe la envidia... lo acuso de haberlo visto practicar brujería, ¿y que hacen los ignorantes?... ¡¡¡A la hoguera!!!
Sí, eso es lo que sucedía en tiempos de ignorancia. Sólo bastaba con que un dedo acusador te señalara, y automáticamente eras pasto de las llamas.

El crisol es una muy recomendable cinta, en la que descubrirás una historia llena de la agresiva ignorancia.

Nota. Aún hoy, el mundo da absurdas explicaciones a ciertos temas en los que no se tiene ni la más remota idea... dentro de cuatrocientos años, se reirán de todos nosotros.