Guthe nos arroja un thriller "al uso" con sus respectivas vueltas de tuerca. Sin ser un mal producto Mini...carece de la particularidad, esa singularidad que le permita sobresalir en este tipo de entregas, quedando como una más dentro de una amplia bolsa de policiales mucho mejores y, como no, bodrios infinitamente peores.

Vale destacar que el contexto en el que se maneja la historia dista de ser normal: la promiscuidad inunda la pantalla. No solo tenemos una hija encamándose con su padrastro luego de haber matado a su madre, sino que sus vecinos...se encuentran en circunstancias similares. Esto enrarece el ambiente, junto con la cocaína, los narcóticos y el alcohol en exceso. La trama se centra en un plan aparentemente brillante: como tapar un asesinato. Con sabor a deja vu, el espectador observa el devenir de los acontecimientos con cierta apatía, puesto que no hay nada, nada nuevo para ofrecer; inclusive las vueltas de tuerca que se exhiben como sorpresivas han sido una y mil veces utilizadas. Posee buen ritmo y se deja ver, no obstante el famoso crimen esta tan mal tallado y el disimulo de los culpables resulta tan pesimamente actuado que la obra cae varias veces en la inverosimilitud, algo que el mismo director creo que notó, dotando a ciertas escenas de elementos cómicos que solo acentúan la sospecha.

Una más y van...no me atrevo a recomendarla, sería un acto tan perverso como la actitud de la protagonista.