Documental tremendo, desolador y al tiempo muy necesario. En vez de ciertas doctrinas papanatas sobre "valores" en los centros de secundaria deberían proyectar este documental o documento histórico, entre otros; y luego explicar y debatir sobre lo que acaban de ver.
Las grabaciones hechas por las avanzadillas de las tropas británicas, norteameircanas y rusas en su camino hacia el Reich se toparon con el HORROR de los campos de concentración nazis, cuando inicialmente se crearon como método de propaganda aliada para mantener la moral alta en casa. La maldad humana en su máxima expresíón, sin paños calientes, en la cuna de la civilización occidental. Las lágrimas de los que allí estubieron contando lo que vivieron treinta o cuarenta años después -me refiero a los militares, no a los que lo padecieron en carne propia- da la medida de la barbarie de lo ocurrido en Auschwitz-Birkenau, Bergen-Belsen o Treblinka.
Berstein amigo de A.Hitchcock le llama para que le ayude a manejar la ingente cantidad de imágenes y lo haga de manera coherente, incontestable y para los restos. Cuando este puede liberarse de sus compromisos en los EEUU donde ya residía, parte a Inglaterra y se pone manos a la obra.
Las imágenes que en esos lugares se recogieron son TREMENDAS, de una inhumanidad impensable y de una contundencia visual imposible de evitar. No se ahorran detalles, ni tampoco en mostrar a los responsables tanto activos -guardianes de los campos- como pasivos -los lugareños que vivían alrededor de los campos y seguían con su vida impoluta-. Se habla de olor, de dolor, de deshumanización, de rabia infinita, de llanto que no cesa y de supervivencia a todo ello.
Es un documental necesario, nada maniqueo y altamente recomendable. Cualquier atisbo de negación o justificación de lo ocurrido queda enterrado en las pilas de cadáveres enterrados en masa, o listos para ser carbonizados en las fábircas del terror alemanas. Negar el Holocausto viendo estas imágenes es inconcebible, inasumible e injustificable.
Nota: 8,40.