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Voto de Strhoeimniano:
10
Romance. Drama. Aventuras Jack (DiCaprio), un joven artista, gana en una partida de cartas un pasaje para viajar a América en el Titanic, el transatlántico más grande y seguro jamás construido. A bordo conoce a Rose (Kate Winslet), una joven de una buena familia venida a menos que va a contraer un matrimonio de conveniencia con Cal (Billy Zane), un millonario engreído a quien sólo interesa el prestigioso apellido de su prometida. Jack y Rose se enamoran, pero el ... [+]
9 de junio de 2005
78 de 127 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cecil B. DeMille decía que una película tiene que comenzar con un terremoto e ir a más. En esta no hay terremoto; pero sin duda DeMille la hubiera firmado sin que le temblara el pulso. La tragedia que relata es sabida; de hecho el cine ya se había acercado en otras ocasiones a ésta, pero sin duda esta versión es la definitiva, la inalcanzable.
El acierto de Cameron está en entrelazar lo conocido con una historia de amor que nos permite estar en ese trágico escenario desde el mismísimo inicio hasta su inamovible final. Esto le lleva a manejar dos películas a un tiempo que se funden como una sola, en un equilibrio perfecto. Por un lado, todo el componente grandioso que conlleva el universo de este famoso hundimiento; por otro, la apasionante historia de amor, de un amor casi adolescente donde todo cabe: idealismo, utopía, sueños; pero que también tendrá que enfrentarse no solo a la catástrofe, sino a esa sociedad engalanada, avariciosa y ávida de poder que está magníficamente representada en los “malos” de la película (Frances Fisher, está prodigiosa). Esta magnifica comunión está presente a lo largo de toda la película. De una colectividad tan enorme como la presente, Cameron consigue relatarnos un montón de historias que no dejan de conmovernos pues todas parten hacia ese destino final. Lo colectivo y lo individual, lo íntimo y lo público, lo grande y lo pequeño encuentra acomodo en esta obra maestra, pues su triunfo no es tanto por la aparatosidad de la propuesta, sino por la fuerza y sentimiento con la que está narrada esta tragedia que no es tan maniquea como se pretende. Una muestra de esto es ver cómo presenta ese mundo dividido en clases, en feudos propios con sus ritos y aspiraciones (su descripción de la burguesía es netamente buñueliana). En ese sentido, Cameron consigue hacer del accidente una situación altamente simbólica, no sólo del tiempo que relata, sino de este presente en el que aún hundiéndose el barco la avidez y el egoísmo siguen igual de fortalecidos.
Otro acierto son los fx. Impecables en este caso, pero que aún así, y eso sí que es meritorio, no consiguen tragar toda la gama de emociones que se vive en esos dramáticos momentos.
En el reparto se situaría mi único “pero”. Winslet está magnifica, pasando de la contención exigida a una dama de esa época a la luchadora infatigable de la parte final. Sin embargo, DiCaprio... Es cierto que enamora, que su presencia en la pantalla llena; pero cuesta llegar a ver en ese “ángel” a un duro chico de la calle; creo que sería mejor un actor con una pinta más golfa (siempre pensé en Brad Pitt). Los demás, excelentes en cada una de sus interpretaciones y asombrosamente parecidos a los personajes reales que existieron. Esa es otra de las virtudes, la reconstrucción fidedigna, extremadamente documentada, de un tiempo que se pudre entre las aguas.
En definitiva, una película magníficamente narrada, con todos los elementos soberbios y el tono de buen cine que encontramos en los clásicos.
Strhoeimniano
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