Aunque lastrada por el recuerdo de la gran película de terror sobre hielo que es "La cosa" de John Carpenter y su procedencia "El engima de otro mundo", el film de Larry Fessenden acaba ganándose al espectador mediante la creación de una correcta atmósfera de suspense rota, es cierto, por algún que otro tópico, pero suficientemente firme como para que la función sea cuanto menos entretenida y enigmática. La historia se crea en torno a una base de alerta ante el cambio climático y se cimenta en base a un peligro indefinido que se aproxima teniendo al espectador en vilo ante lo que más parece por momentos un ejercicio de autor que un film de terror en la nieve. Luego todas esas esperanzas que uno se crea de estar ante una película sobria y sobre todo apasionantemente desconcertante se vienen abajo cuando el largometraje quiebra y acaba transitando sendas más conocidas. Aunque en todo momento tiene suficiente interés como para dejar un buen regusto para los amantes del género.