Travis Mathews, como ya demostró dos años antes en su corto del mismo título, no tiene ningún problema en mostrar el sexo en todo su esplendor, erecto, y llegar al climax, a la eyaculación explícita. Después nos contará una historia. Pero que esa historia sea interesante ya es otro cantar. Para hacer un balance de la vida de un personaje es un buen recurso de guión reunir a los amigos con el pretexto de un cumpleaños, una despedida u otra razón. Con lo que los amigos vayan haciéndonos saber sobre el personaje en cuestión podemos ir construyendo su vida pasada y hasta como se siente ahora. Pero en este caso, en esta película, los protagonistas secundarios, amigos del personaje principal, son tan ególatras que solo nos hablarán de ellos mismos sin apenas referencias a personaje que nos interesa. Y hay bastantes personajes secundarios, por lo que al final no nos interesa la historia de ninguno. Eso si, como casi todos son homosexuales y tienen relaciones entre ellos cabe la posibilidad de incluir varias escenas de cama absolutamente porno y de sexo verdaderamente explícito, incluyendo casi todas las variantes que dos actores porno puedan hacer ante la cámara. Las cosas como son, y si alguien entiende que incluir estas escenas en una película es incluir la realidad, y por lo tanto no es porno, me parece bien, pero también conviene avisar a los que no saben lo que se van a encontrar.