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Voto de Piano y yo:
8
Drama. Comedia El matrimonio entre una modelo y un famoso guionista teatral se tambalea cuando, por culpa de una actriz, surge en los periódicos la noticia de que se van a divorciar. (FILMAFFINITY)
11 de octubre de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Emotiva película que cuenta, en flash back, la vida desde sus inicios de un matrimonio entre un escritor de guiones de teatro (Victor Mature), al principio empobrecido y jugador de poker, y más tarde, una vez enamorado, cada vez más responsable y trabajador, y por tanto, cada vez con más dinero, y la siempre convincente morena (Jean Simmons), como esposa enamoradísima, que, tras las normales dudas iniciales por la actitud pródiga de su marido, acaba sacando el matrimonio adelante con paciencia cristiana, por lo que, con el paso del tiempo, ella acaba por quedarse embarazada. El problema es que pierde el niño y se descubre que no puede tener hijos, por lo que adoptan a un chavalillo vecino que se ha quedado huérfano. El caso es que, llegados a este punto, aparece la nueva estrella de la última obra teatral de Victor Mature, la atractiva rubia (Monica Lewis), que no se “conforma” con ser dirigida únicamente por el protagonista en el escenario, -se ve que la gusta ensayar los besos con su director más de lo debido, tanto en el escenario, como fuera de él-, y además, en un acto bastante vil por parte de ella, llama a una amiga periodista para que difunda en los ecos de sociedad que la pareja se va a divorciar, cuando en realidad todavía no es seguro que tal divorcio vaya a ocurrir.
En el spoiler cuento el final, que considero algo ambiguo.
Por lo demás decir que la película es muy fácil de seguir, que todos los conocidos de la pareja cuentan mediante flash backs como la pareja protagonista se ha querido siempre y lo que opinan sobre si se divorciarán o no.
Que no es un dramón, ni una comedia, sino que está en medio de ambos extremos.
Que el marido lo hace bastante bien como hombre un poco inmaduro pero de buen corazón, que quiere mucho a su esposa, aunque no sepa cuidarla muy bien y que es el último en enterarse del lío que le ha montado la arpía de su actriz fetiche, lo que contrasta con sus habituales papeles de matón en películas de cine negro.
Y que tiene alguna escena divertida, como cuando Victor ensaya como pedir perdón mientras viaja en tren hablando a solas al asiento contiguo, donde se supone que su mujer le perdonará al instante y además se creerá que nada realmente ocurrió, cosa ésta que nos suele suceder a los hombres, que queremos que nos perdonen inmediatamente.
Nota: 8 sobre 10.
Así que corten esta crítica, enciendan la televisión y música maestro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Piano y yo
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