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Voto de Benjamín Reyes:
8
Thriller Tras ser testigo de un accidente, Lou Bloom (Jake Gyllenhaal), un apasionado joven que no consigue encontrar empleo, descubre como forma de ganar dinero el mundo del periodismo criminalista en la peligrosa ciudad de Los Ángeles. Su trabajo es llegar al escenario de crímenes o accidentes y fotografiar lo sucedido para venderlos al mejor postor. (FILMAFFINITY)
24 de marzo de 2015
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya desde los precisos planos iniciales de las noctámbulas calles de Los Ángeles sabemos que estamos asistiendo a un filme más que notable. Nada hacía presagiar que el debut en la dirección del veterano guionista Dan Gilroy fuera a provocar tal estallido cinematográfico. Su trabajo como guionista en títulos mediocres como “Freejack: sin identidad” (1992) o “Misión explosiva” (1994) no eran precedentes nada halagüeños.
La singular historia de “Nightcrawler” está protagonizada por un suministrador de “porno trágico” que aprende rápido a trepar, llegando a manipular pruebas, e incluso a cambiar cadáveres de ubicación para alcanzar un mayor efectismo en sus grabaciones clandestinas que vende al mejor postor. Louis Bloom pasa de robar material de construcción a “robar” imágenes de accidentes de tráfico o robos con violencia para venderlas a cadenas de televisión sin escrúpulos, a las que lo único que les importa es la cuota de pantalla, y, consiguientemente, los pingües beneficios económicos.
“Nightcrawler” plantea de forma muy elocuente el tema ético de quién es la responsabilidad de que se emitan imágenes macabras en televisión: ¿De quién las graba?, ¿de quién las emite? o de ¿quién las ve? El filme de Dan Gilroy, que conecta con la parte más abyecta del ser humano, no se decanta por resolverle tales cuestiones al espectador. Sin embargo, el que suscribe estas letras siempre ha pensado que la responsabilidad última es del espectador porque nadie te obliga a consumir este tipo de “entretenimiento”. Lo que sí se colige de la película es que las imágenes sensacionalistas y epatantes son una forma de controlar a la población, amedrentándola, inoculándole el mensaje: “El siguiente puedes ser tú”.
El hilvanado guion, nominado en la última edición de los Oscar, incluye el personaje de la editora sensacionalista, encarnada por Rene Russo, que da pábulo a la inmoralidad del arribista Louis Bloom (un espléndido Jake Gyllenhaal). El contrapeso lo ofrece Rick. Este personaje, que hace las veces de ayudante de Bloom, tiene el cometido de mostrarnos el contrapunto moral.
A diferencia de “15 minutos” (2001), “Nightcrawler” no se basa en la acción sino en la reflexión, por eso presenta un ritmo contenido, que juega a su favor. Además, presenta un atractivo diseño de imágenes que recuerda a “Drive” (2011) o “Locke” (2014), películas recientes que transcurren también en horas nocturnas. Asimismo, ofrece la visión opuesta a la reciente “Matar al mensajero” (2014), en la que la vida del protagonista se ve alterada por sacar a la luz los trapos sucios de la CIA. Son modos muy dispares de concebir el periodismo. Si escarbamos en el cine clásico encontraremos joyas como “El gran Carnaval” (1951), “Chantaje en Broadway” (1957) o “En bandeja de plata” (1966) que ofrecen vitriólicos retratos de la profesión periodística y de la condición humana.
En definitiva, “Nightcrawler” es un diáfano ejemplo de que en Hollywood, de vez en cuando, también se ruedan buenas películas en contra de la opinión de parte del público. Las recientes “Foxcatcher”, “Whiplash”, “Boyhood” o “Birdman” son un claro exponente de este argumento. Mejor ir al cine sin prejuicios.
Benjamín Reyes
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