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Voto de Benjamín Reyes:
5
Terror. Intriga Una madre deja a sus dos hijos durante una semana en la remota granja de sus abuelos, en Pensilvania. Los niños descubrirán que la anciana pareja está implicada en algo profundamente inquietante. Película de M. Night Shyamalan ('El sexto sentido') realizada con muy bajo presupuesto. (FILMAFFINITY)
13 de septiembre de 2015
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M. Night Shyamalan sorprendió al mundo con “El sexto sentido” (1999), un auténtico aldabonazo fílmico con el que dejó boquiabiertos a los espectadores y dejó rendida a la crítica cinematográfica, incluso legó una frase para la posteridad: “En ocasiones veo muertos”.
Aunque ya había dirigido dos títulos previos alejados del suspense (“Praying with Anger”, 1992 y “Los primeros amigos” 1999) todo el mundo consideraba que el filme protagonizado por Bruce Willis sería el inicio de una carrera cinematográfica fulgurante, lo cual se corroboró con la notable y más compleja “El protegido” (2000), pero con “Señales” (2002), el público y la crítico empezaron a darle la espalda, lo cual se acrecentó con las fallidas cintas “El bosque” (2004) y “La joven del agua” (2006). Recuperó parte de su prestigio con la contundente “El incidente” (2008), pero el crédito se le acabó definitivamente con las inefables “Airbender, el último guerrero” (2008) y “After Earth” (2013).
Ahora, con “La visita”, un falso documental con un componente de “reality show”, se pone al frente de un proyecto destinado a un público adolescente, que era precisamente el más numeroso en la sesión vespertina del pasado viernes en la sala 5 del Multicines Tenerife, los cuales vieron la película con ojos de atención y manifestaron su risa en los momentos cómicos de la cinta, que los tiene, y muchos. Por eso no es de extrañar que el falso documental esté rodado por una impúber con ínfulas de cineasta, que pretende ahondar en las raíces del porqué su madre no habla con sus abuelos desde hace quince años (dos ancianos aparentemente entrañables, pero que pronto mostrarán su peor cara). Le secunda su hermano preadolescente con aspiraciones de rapero y que será el personaje que canalice el sentido del humor del filme (por ejemplo, pronunciando nombres de cantantes famosas en lugar de proferir insultos -Shakira, Beyoncé, Katy Perry, Christina Aguilera, una curiosa manera de Shyamalan de mofarse de estas intérpretes musicales-. La fórmula del falso documental ya está tan trillada que se ha convertido en un estándar. Las recientes “Exorcismo en Connecticut” (2009), “La cueva” (2014), “Así en la Tierra como en el infierno (2014)” o “La pirámide” (2014) así lo atestiguan.
M. Night Shyamalan juega con el espectador como el gato con el ratón. Shyamalan maneja el lenguaje cinematográfico con solvencia y destreza, pero la historia es un tanto limitada y solo sorprenderá al público más cándido y crédulo con los consabidos sustos que soliviantarán a los espectadores más pacatos. Eso sí, ofrece espacios con tensión visual como el subterráneo de la casa campestre. En algunos fragmentos parece un curso de cine acelerado ya que los personajes hablan de la distancia focal y la ejemplifica o hablan de zum y hace lo propio.
En el fondo, Shyamalan juega con el miedo a envejecer que la mayoría de los mortales albergamos. Asimismo, “La visita”, revela que ponerse delante de la cámara es una forma de desnudar el alma. Tras una película de terror de manual, Shyamalan apuesta por un final emotivo y una coda humorística. “La visita” es simplemente entretenida, pero no tiene nada que ver con tomaduras de pelo como la saga “Paranormal activity” (2007-2015) o “La horca” (2015).
Benjamín Reyes
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