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Voto de Benjamín Reyes:
7
Ciencia ficción. Drama. Aventuras Al ver que la vida en la Tierra está llegando a su fin, un grupo de exploradores dirigidos por el piloto Cooper (McConaughey) y la científica Amelia (Hathaway) emprende una misión que puede ser la más importante de la historia de la humanidad: viajar más allá de nuestra galaxia para descubrir algún planeta en otra que pueda garantizar el futuro de la raza humana. (FILMAFFINITY)
23 de noviembre de 2014
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En el año 2000 dos nuevos directores estrenaban dos aldabonazos fílmicos: “Memento” y “La sombra del vampiro”, el artífice del primero se ha convertido en uno de los cineastas indispensables del Hollywood actual gracias a títulos como “El truco final (El prestigio)” (2006), “Origen” (2010) y revitalizar la saga de Batman con “Batman Begins” (2005), “El caballero oscuro” (2008) y “El caballero oscuro: la leyenda renace” (2012). Sin embargo, el nombre de E. Elias Merighe ha caído en saco roto. Tras el brillante acercamiento al rodaje de “Nosferatu” (1922), el realizador estadounidense se ha desdibujado y solo ha conseguido estrenar el desconocido largometraje “Sospechoso cero” (2005).
A 180 grados se encuentra la carrera del londinense Christopher Nolan, que con su novena película ha concitado la atención mundial. “Interstellar” es una superproducción de ciencia-ficción (ha costado casi un millón de dólares por minuto) que plantea un futuro no muy lejano: la necesidad de la especie humana de buscar un nuevo hogar ejemplificado en la frase que se dice en un un momento dado del filme “la Humanidad nació en la Tierra, pero su destino no es morir aquí”.
Siguiendo las tesis del físico Kip Thorne, especialista en la teoría de la relatividad, los agujeros de gusano y las curvaturas espacio temporales, “Interstellar” nos adentra en un apasionante viaje espacio-temporal que presenta ecos resonantes del clásico de Stanley Kubrick, “2001: odisea en el espacio” (1968). Es Nolan un hacedor de poderosas imágenes (como la grandilocuente escena de la magna ola), en las que los efectos especiales están al servicio de una historia tan imbricada que habrá que ver la película en varias ocasiones para apreciarla en toda su magnitud. Si en “Origen” exploraba el mundo onírico, en “Interstellar”, al igual que el cine en general, Nolan juega con los límites del tiempo.
La plasticidad de las imágenes se complementa con la genial partitura de Hans Zimmer, de tal manera que la música marca el ritmo narrativo de las imágenes, las notas musicales transitan entre lo intrigante, lo sincopado y lo ascético. Sería injusto no mencionar a Jonathan Nolan, que ha coescrito el complejo guion de “Interstellar”. No es la primera vez que trabajan juntos, ya que el hermanísimo también ha colaborado en los textos de “Memento”, “El truco final (El prestigio)”, “El caballero oscuro” y “El caballero oscuro: la leyenda renace”. Temáticamente emparentada con la reciente “Gravity” (2013), de Alfonso Cuarón, ya que ambas abordan el instinto de supervivencia, también guarda paralelismos con la controvertida “El árbol de la vida” (2011), de Terrence Malick, ya que los dos son filmes a los que les puede acuñar la expresión de “bigger than life”.
Respecto a la parte actoral encabeza el reparto el singular Matthew McConaughey, que tras protagonizan en sus inicios todo tipo de bodrios (incluyendo un infame remake de “La matanza de Texas” en 1994 junto a Renée Zellweger) se ha convertido en los últimos tiempos en uno de los intérpretes más sólidos del panorama fílmico gracias a sus interpretaciones en “Mud” (2012), “El chico del periódico” (2012), “Dallas Buyers Club” (2013) o la primera temporada de la serie de televisión “True Detective” (2014). Le da la réplica Anne Hathaway, una actriz poco convincente, que por lo visto es odiada en las redes sociales por razones extracinematográficas. Michael Caine repite como actor fetiche de Nolan, también aparece el recuperado West Bentley (tras “American Beauty”, 1999, entró en una espiral de autodestrucción), así como el ubicuo Matt Damon, la pipiola Mackenzie Foy o la siempre eficaz Jessica Chastain.
En definitiva, “Interstellar” presenta una parte científica, que ahonda en los misterios insondables de la galaxia; y una parte emocional (imbuida por el cine de Spielberg), en la que el amor es concebido como motor universal y en la que se reflexiona sobre lo que nos convierte en seres humanos.
Benjamín Reyes
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