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Voto de Benjamín Reyes:
6
Thriller. Intriga Minnesota, 1990. El detective Bruce Kenner (Ethan Hawke) investiga el caso de la joven Angela (Emma Watson), que acusa a su padre, John Gray (David Dencik), de haber abusado de ella. Cuando John, de forma inesperada y sin recordar lo sucedido, admite su culpa, el reconocido psicólogo Dr. Raines (David Thewlis) se incorpora al caso para ayudarle a revivir sus recuerdos reprimidos. Lo que descubren desenmascara una siniestra conspiración. (FILMAFFINITY) [+]
8 de octubre de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El esperado regreso de Alejandro Amenábar se salda con un notable título de suspense que rememora el “thriller” estadounidense de la década de los 90, sin olvidarse del cine clásico. Amenábar con tan solo seis títulos a sus espaldas se ha convertido, junto a Pedro Almodóvar, en el director de cine de referencia en España. Su talento era palpable desde su mediometraje “Himenóptero” (1992), embrión de su primer largometraje “Tesis” (1996), en la que ya se rastreaba su interés por el cine de suspense. “Los otros” (2001), “Mar adentro” (2004) y “Ágora” (2009) han confirmado su desbordante talento.
“Regresión”, que inauguró, fuera de concurso, el último Festival de San Sebastián, mantiene en vilo al espectador durante todo el metraje gracias a un caso policial que gravita en torno a una hipotética secta satánica, narrada en clave de cine de suspense donde la partitura musical de Roque Baños (“Celda 211”) juega un papel primordial.
Todo en “Regresión” está sugerido, nada es explícito y es que Amenábar sigue las huellas del cine clásico de, por ejemplo, el Jacques Tourneur de “La mujer pantera” (1942). También sigue la premisa enunciada por Kirk Douglas y Walter Pidgeon en “Cautivos del mal” (1952), de Vincente Minnelli en la que se dice: “¿Qué vamos a poner en la pantalla que haga estremecer a los espectadores? Dos ojos que brillen en la oscuridad. Un perro asustado que gruñe y enseña los colmillos. Un pájaro con el cuello roto, unas plumas arrancadas por el suelo. Una niña que grite. Huellas de garras en sus mejillas”.

Asimismo, viene a colación citar “Recuerda” (1945), de Alfred Hitchcock, en la que el personaje protagónico era sometido a hipnosis para reavivar sus recuerdos infantiles ya que en “Regresión” los personajes también recurren a mecanismos psicológicos para revivir los supuestos asesinatos y casos incestuosos.
Desde “Los otros”, Amenábar recurre a estrellas de Hollywood. La mayoría del público centrará su mirada en Ethan Hawke (“¡Viven!, 1993) o Emma Watson (saga de Harry Potter), pero una de las actuaciones más convincentes es la de Dale Dickey, conocida sobre todo por su rol en la divertida serie “Me llamo Earl”. Sorprende su cambio de casquivana meretriz a abuela que mete el miedo en el cuerpo.
El principal valor de “Regresión” hay que buscarlo en que Amenábar ha conseguido algo que parecía una quimera hace dos décadas: rodar un tipo de historias que parecía coto cerrado de la industria cinematográfica estadounidense, además contando con actores de Hollywood y libertad creativa (no olvidemos que se negó a rodar el remake yanqui de “Abre los ojos”). Amenábar ha revelado que sus miedos personales proceden de la época en la que vivió en un internado religioso, lo cual se plasma en “Regresión”, donde los símbolos religiosos (iglesia, cruz, Biblia) forman parte de la iconografía del filme.
“Regresión” es una película de lograda ambientación y fotografía tenebrosa, cuyo último plano es necesariamente luminoso, metáfora de que el caso se ha resuelto y de que el protagonista encarnado por Ethan Hawke ha dejado atrás su agonía personal. Nada tiene que ver “Regresión” con títulos recientes que también han abordado el controvertido tema de las sectas como son el caso de las estimables “Red State” (2011) o “Martha Marcy May Marlene” (2011). Y es que Amenábar sabe conferirle a sus películas su inconfundible toque personal.
Benjamín Reyes
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