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Voto de Benjamín Reyes:
7
Thriller. Terror. Acción El crimen hace estragos en Estados Unidos y las cárceles están llenas. El gobierno decide que una noche al año, durante doce horas, cualquier actividad criminal, incluso el asesinato, será legal. No se puede llamar a la policía, los hospitales no admiten pacientes, los ciudadanos deben arreglárselas solos porque cometer un delito no está castigado. Durante esa noche plagada de peligros, 5 personas que se han quedado fuera de sus casas ... [+]
8 de septiembre de 2014
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“Anarchy: la noche de las bestias” es una entretenida película de género que juega a la ambigüedad moral. Los nuevos padres de la patria (yanqui, se sobreentiende) han instaurado una purga anual, según la cual todos los delitos, incluyendo el crimen, serán legales durante 12 horas. La despenalización eventual del asesinato provoca que la gente libere la bestia que lleva dentro, a la par que disminuya el crimen durante los 364 días siguientes, y que florezca la economía de una nación renacida tras un crack financiero. Un acontecimiento que encubre la eliminación de los estratos sociales más desfavorecidos (donde la raza negra se lleva la peor parte).
Esta distopía futurista está a la vuelta de la esquina, ya que está ambientada en Los Ángeles del 2023, y se nutre de la realidad actual como demuestran los recientes disturbios raciales en Ferguson (ciudad situada en el Medio Oeste de los Estados Unidos), en los que la mayoría afroamericana se ha alzado contra la policía blanca, y en el hecho de que casi el 90% de la población estadounidense posea armas de fuego, amparándose en la Segunda Enmienda de la Constitución. Al igual que “El club de la lucha” (1999) este ejercicio de anarquía cinematográfica, que refleja el lado oscuro de los seres humanos, viene de la mano de una de las “majors” de Hollywood.
El tercer largometraje de James DeMonaco bebe de la fuente del John Carpenter de “1997: Rescate en Nueva York” (1981), no en balde, DeMonaco fue el guionista del remake del 2005 de uno de los clásicos de Carpenter: “Asalto en la comisaría del distrito 13” (1976). Hasta ahí las similitudes ya que DeMonaco se queda en la fachada sin llegar a profundizar demasiado. La secuela de “The Purge” (2013) presenta el mismo planteamiento que su predecesora (comienza horas antes de la cacería nocturna), pero, afortunadamente, el desarrollo es diferente. Mientras la primera se reducía a un peculiar secuestro de una familia adinerada en su propia casa (siguiendo la línea de “Perros de paja”, 1971, o “Funny Games”, 1997/2007), la continuación opta por el punto de vista de una madre y una hija de clase obrera y por desarrollar los acontecimientos en plena calle. “Anarchy: la noche de las bestias” recurre al recurso del subgénero de cine de zombis, en el que el protagonismo recae en un pequeño grupo de cinco personas liderado por un héroe (en este caso antihéroe) al que se suma una pareja joven a punto de separarse.
Esta especie de Halloween salvaje incluye toda una fauna de asesinos noctámbulos que abarcan desde francotiradores a iluminados que se creen Jesucristo, pasando por una banda de vándalos que únicamente persiguen lucrarse o una subastadora de carne humana. La breve escena del interior de un piso revela que ningún lugar es seguro porque allí donde hay seres humanos hay pulsiones que pueden hacer saltar la chispa en cualquier momento. La ira contenida durante un año se desata en esta sangrienta noche. Aunque aquí no se busca lo intencionadamente desagradable y malsano como en la serie “American Horror Story” (que transita por el lado más sórdido del ser humano). Tampoco tiene nada que ver con sanguinolentos filmes tipo “Hostel” (2005) o las propuestas descarnadas de Rob Zombie. No hay nada original en esta “survival horror” con ecos resonantes de “Mad Max” (1979), “Perseguido” (1987, la secuencia de la caza en el búnker es calcada), “Blanco humano” (1993) o “Battle Royale” (2000); pero es cine perturbador que remueve conciencias y plantea dilemas morales (apoyado en una banda sonora que describe momentos punzantes y desquiciantes): los seres humanos somos capaces de lo mejor y de lo peor, por eso en situaciones extremas siempre hay alguien que ayuda a los demás. Concluye con unos sugestivos y demoledores títulos de créditos finales. “Anarchy: la noche de las bestias” tiene mucho que ver con la frase final de la reciente “Mátalos suavemente” (2012): “Estados Unidos no es un país, es un negocio. Así que paga, hijo de puta”.
Benjamín Reyes
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