28 de agosto de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia empieza bien pero el desarrollo es excesivamente lento y falto de acción, para acabar convirtiéndose en un tedioso drama sobre traumas infantiles condicionados por los adultos. Lo mejor de la película es el trabajo de Bibi Andersson. Las escenas de las clases de violín y el fondo musical dan un aspecto culto a la película que así salva la función. Sin esto, el aburrimiento está asegurado al cien por cien.
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