"Ghosts of War" es de esas películas que, cuando comienzas a verlas te perjuras a ti mismo/a que esta vez sí que vas a disfrutar, te hundes en el sofá sosteniendo tu cubo de palomitas y dices "¡adelante, sorpréndeme!" Y lo haces porque la película comienza bien, con una premisa interesante, es cruda (otros dirían que realista pero de realismo tiene poco), tiene buenos actores y mucho ritmo en su primera media hora. Poco a poco, el espectador acude atónito, lo mismo que el quinteto protagonista, a cuanto sucede en esa mansión encantada donde se ha refugiado este pelotón de soldados norteamericanos durante la Segunda Guerra Mundial. Pero pronto, las cosas van a cambiar tanto para los protagonistas como para el espectador porque, de repente, la película cae en una repetición de lo mismo, escena a escena, sin avanzar más allá del asalto de las tropas alemanas (bastante bien rodado) y, a partir de esa escena de acción (más o menos transcurrida una hora de metraje) la película se hunde irremediablemente y alcanza el cenit del ridículo más absoluto cuando descubrimos que hay detrás de la historia, algo que nunca hubiésemos imaginado.

A ver, señor Eric Bress (ahora me dirijo al productor), si usted quiere sorprender al espectador, me parece perfecto, pero hágalo desde la coherencia. Porque lo que se saca de la manga en los últimos 20 minutos NADA tiene que ver con lo que estábamos viendo hasta entonces. Y llegado ese punto, el espectador devuelve el cubo vacío de palomitas a la cocina, va hasta el baño a vaciar la vejiga y vuelve al sofá para ver, de reojo, lo que queda de película, mientras revisa los mensajes de su teléfono móvil o mira fotos de desconocidos en Instagram.

Si "Ghosts of War" hubiese seguido por la senda de su primera media hora, incluso de su segundo tercio, la cosa habría acabado con dignidad y ahora quien suscribe estaría diciendo esas frases tópicas del estilo "correcta película bélica de fantasmas" o "una serie B digna que funciona bien". Pero soy incapaz. Es como haber visto dos películas en una y la segunda película es horrible.

Y si no, vedla vosotros/as mismos/as y me decís.