El Golpe de Estado en Chile del año 1973 produjo, entre muchas otras cosas, un éxodo de chilenos, entre estas personas estuvo el director Raúl Ruiz, que se afincó en Francia e inmediatamente un año después comenzó a filmar esta obra, que precisamente se enfoca en un grupo de exiliados chilenos que intentan acomodarse en París con las dificultades culturales y laborales a las que se enfrentan. Además hay cierto énfasis en un músico chileno afín a la dictadura que esta en la zona para dar unos conciertos, joven al que intentan reeducar y cambiar sus opiniones políticas.

La película tiene un claro tono documental, donde se van exponiendo estas ideas salteadas de los distintos personajes, con un tono irónico y poco serio, con las particularidades propias a las que se enfrentan, a tal punto que causó cierto disgusto entre la critica por la forma en que los hechos son retratados. Más allá de esto es una obra apenas entretenida, que se antoja incluso desordenada y hecha a la carrera como realmente fue, donde apenas se justifica las situaciones que presenta Ruiz.

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