17 de marzo de 2006
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Singular episodio de amor sin palabras pero que a pesar de todo entretiene y mucho, su director Kim Ki-duk (“Primavera, Verano, Otoño ... y Primavera”) desarrolla con verdadera delicadeza visual una historia con un fuerte trasfondo social en la que los sentimientos se transmiten sin utilizar el lenguaje, cada mirada y cada gesto es un paso hacia adelante en la historia, las imágenes se convierten en las verdaderas protagonistas, sobre ellas recae el peso del argumento y cada plano adquiriere una importancia máxima. Como espectador, la originalidad de la cinta te atrapa progresivamente, no hay nada previsible en su desarrollo que alcanza su cenit en un final metafórico e inteligente.
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