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Voto de ElPálidoCastor:
8
Comedia. Drama La historia está ambientada en una parroquia campestre en el siglo XVII, a la que llega un nuevo párroco para ocupar su puesto, que ha quedado vacante. El hombre se ha llevado a su prometida, pero las costumbres dictaminaban que el nuevo párroco debería casarse con la viuda del anterior. Sería además el cuarto marido de la dama en cuestión, siendo ésta muy mayor. (FILMAFFINITY)
10 de mayo de 2019
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El tercer largometraje de Dreyer constituye en mi percepción su primer trabajo relevante para la historia del cine. Empieza aquí un ascenso dificultoso hacia la excelencia; su primera obra maestra llegaría ocho años después.
Esta película se diferencia de sus dos predecesoras no sólo por su calidad superior, sino por su argumento, su forma y sus pretensiones artísticas.
Dreyer deja la Nordisk Film Kompagni de su país natal y viaja a Suecia para asociarse con la entonces incipiente Svensk Filmindustri, capitaneada por entonces por Victor Sjöström y Mauritz Stiller. La película, sin embargo, se filma en Noruega, escenario de los acontecimientos narrados en la novela que adapta.
Dos características esenciales distinguen a esta obra: la sencillez y la comicidad.
Lejos de optar por una estructura narrativa compleja como en "El presidente" y mucho más lejos de la suntuosidad argumental y formal de "Páginas del libro de Satán", Dreyer realiza una obra de una simplicidad y transparencia notables. Pareciera como si esta vez, en lugar de encerrarse en un mundo intelectual e inaccesible, buscara conectar con el público, integrarlo con menos esfuerzo de ambos (el director había admitido que no estaba entre sus intereses contentar al espectador, que cuando realizaba sus películas no pensaba en absoluto en él).
La historia es sencilla, la narración lineal, la puesta en escena simple, prolija, depurada. Pero, tratándose de un director serio como Dreyer, se puede adivinar que todo esto no resulta en una obra baladí.
El secreto está en la otra característica mencionada: la comicidad.
La obra está llena de ironía. Durante los primeros tres cuartos de la película se suceden numerosas situaciones cómicas, algunas de carácter burlesco y otras de un tinte algo cruel. La propia idea de que un gracioso y reluciente hombre joven, en la flor de la vida, se vea forzado a formalizarse con una viuda de casi ochenta años, que personifica con su figura el orden, la severidad, la disciplina, incluso la muerte, es ya por sí misma una elocuente ironía.
La comedia se construye precisamente mediante la técnica de colocar a un personajes de ciertas características en un ambiente que no le es propio. Lo absurdo, lo ridículo, la burla se abren paso y conforman ingenuamente la fachada del cuento. Detrás hay una conciencia insidiosa, que espera desplegar su amargura en el momento indicado, por lo que la comedia pronto deviene en tragedia.
Esto sucede cuando uno de los trucos del párroco le provoca un grave accidente a su novia, teniendo que hacer cama por un buen tiempo, recibiendo los cuidados de Doña Marguerite. La tragedia se ve aumentada con el probable suicidio de la viuda. Los últimos planos están muy impregnados de una gravedad mortuoria elocuente, lo que contrasta significativamente con los planos iniciales de la obra, donde veíamos a la feliz e inocente pareja jugar a orillas de un riachuelo.

Algo más que me gustaría señalar es la manera como Dreyer conecta a los personajes de Doña Marguerite y Kari. La historia las une por haber padecido el mismo destino; ambas tuvieron que esperar en su juventud que la viuda del párroco anterior muriera para poder ser felices con su amado. Dreyer hace otro tanto en dos secuencias de gran importancia. La primera es la comida que la viuda le da al joven antes de la boda. El hombre, en estado de embriaguez, tiene alucinaciones; ve a Doña Marguerite con un rostro muy semejante al de Kari. La segunda es el final, cuando, luego de haber enterrado a la viuda y de haber cumplido sus deseos, los jóvenes la recuerdan con agradecimiento. El primer plano es cercano y podemos ver claramente las facciones de Kari, pero el segundo (último de la película) se toma desde el lado opuesto y a una distancia mucho mayor, por lo que, vestida con la ropa que usaba Doña Marguerite, no se distingue una de la otra, pareciéndonos ver a la viuda. Queda claro que lo que se nos quiere transmitir aquí es la invariabilidad, la repetición de los acontecimientos en un futuro, el estatismo y la constancia del orden clerical, la ausencia absoluta de cambio, de evolución.

Para finalizar, quiero destacar la interpretación de Hildur Carlberg, quien, al igual que su personaje, se acercaba a la muerte durante la filmación de la película, debido a un cáncer. Esto la ayudó sin duda a dotar a su personaje de una verosimilitud llena de autenticidad pocas veces vista en el cine mudo. La actriz falleció días antes del estreno de la película.
ElPálidoCastor
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