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Voto de Kika Superbruja:
9
6,0
337
Western
Cuando Bob Carey sale de la cárcel, después de una larga condena por asesinato, inicia la búsqueda de María, su antigua novia. Pero pronto averigua que, durante su ausencia, ésta se ha casado con Clifford, un rico hacendado. La felicidad de dicho matrimonio es sólo aparente, María, en realidad, está gravemente enferma; padece un tumor cerebral cuyas molestias ella atribuye a un imaginario embarazo. Para operar a María es necesario ... [+]
10 de enero de 2010
35 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sabemos que Leone fue la madre que parió el “spaghetti-western” y que de él heredó los códigos artísticos y morales que caracterizan al género. Pero el “spaghetti-western” (diría yo que sería más justo llamarlo “euro-western”) también tuvo un padre. Fue el madrileño Joaquín Luis Romero Marchent quien puso la semilla que hizo florecer un género odiado y amado a partes iguales, vilipendiado por unos y reverenciado por otros (si se me permite la salvedad, personalmente lo idolatro). Marchent fue el primer director europeo que se especializó en “westerns”. Hizo del paisaje almeriense un protagonista más de sus películas (esta película es el paradigma) y fue el primero en dotar a los personajes de una idiosincrasia latina (sus retratos de El Coyote y El Zorro).
“Antes llega la muerte” es su séptima película del Oeste y un peliculón como la copa de un pino. Se estrenó el 6 de Noviembre de 1964, solamente cincuenta y cinco días después de que Leone estrenara su película “Por un puñado de dólares”, de la que ninguna influencia se puede detectar. Evidentemente, se trata de un “western” de corte tradicional, a la manera clásica de autores como Ford, Hawks o Mann.
Narra los sucesos y peripecias que acompañan a una caravana en su recorrido de, más o menos, cien kilómetros desde un fuerte destacado en medio del salvaje Oeste hasta la fronteriza ciudad de Laredo, con el fin de que la esposa del promotor de la expedición sea operada de un tumor maligno.
Desde los primeros compases se atrapa al espectador con una excelente presentación de personajes. Marchent hace recaer el protagonismo sobre todos ellos y ninguno en especial, en una suerte de “western” coral. Las confrontaciones psicológicas y los enfrentamientos emocionales entre los personajes afloran a lo largo del viaje, auténtico motor narrativo de la película.
Las ramblas del desierto de Tabernas, las nieves de los Picos de Europa y las dunas de Cabo de Gata se convierten, ...
“Antes llega la muerte” es su séptima película del Oeste y un peliculón como la copa de un pino. Se estrenó el 6 de Noviembre de 1964, solamente cincuenta y cinco días después de que Leone estrenara su película “Por un puñado de dólares”, de la que ninguna influencia se puede detectar. Evidentemente, se trata de un “western” de corte tradicional, a la manera clásica de autores como Ford, Hawks o Mann.
Narra los sucesos y peripecias que acompañan a una caravana en su recorrido de, más o menos, cien kilómetros desde un fuerte destacado en medio del salvaje Oeste hasta la fronteriza ciudad de Laredo, con el fin de que la esposa del promotor de la expedición sea operada de un tumor maligno.
Desde los primeros compases se atrapa al espectador con una excelente presentación de personajes. Marchent hace recaer el protagonismo sobre todos ellos y ninguno en especial, en una suerte de “western” coral. Las confrontaciones psicológicas y los enfrentamientos emocionales entre los personajes afloran a lo largo del viaje, auténtico motor narrativo de la película.
Las ramblas del desierto de Tabernas, las nieves de los Picos de Europa y las dunas de Cabo de Gata se convierten, ...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
...por arte de magia (cinematográfica), en territorio inexplorado del lejano oeste americano. Paisajes que crean una eficaz atmósfera en este “western” viajero: las pesadas rodadas de los carros en la nieve, el esfuerzo de los caballos al cruzar el río, la arena que se pega en el rostro sudoroso de los personajes, el sol que deslumbra y satura la imagen, el insoslayable e incierto desfiladero retratado en picado…
El viaje físico deviene en una especie de viaje existencial finito, efímero como la misma vida. Un viaje en el que una sola cosa es segura, que al final le espera a uno la muerte. Pero, como en la propia vida, no todo es drama y hay momentos para lo cómico, lo cotidiano, lo épico… Si bien Marchent imprime a la película un fuerte sentimiento trágico, sabe dibujar variados tonos con sencillez e integridad, y consigue que no chirríe el conjunto.
Quizás si la sencillez y la integridad de la obra de Marchent se hubiesen convertido en marchamo del “euro-western”, éste no hubiese derivado en los productos toscos y abigarrados de trinitarios y karatekas que mataron el género a mediados de los años 70. Nos queda el consuelo de que, antes o después, a todo le llega su fin.
El viaje físico deviene en una especie de viaje existencial finito, efímero como la misma vida. Un viaje en el que una sola cosa es segura, que al final le espera a uno la muerte. Pero, como en la propia vida, no todo es drama y hay momentos para lo cómico, lo cotidiano, lo épico… Si bien Marchent imprime a la película un fuerte sentimiento trágico, sabe dibujar variados tonos con sencillez e integridad, y consigue que no chirríe el conjunto.
Quizás si la sencillez y la integridad de la obra de Marchent se hubiesen convertido en marchamo del “euro-western”, éste no hubiese derivado en los productos toscos y abigarrados de trinitarios y karatekas que mataron el género a mediados de los años 70. Nos queda el consuelo de que, antes o después, a todo le llega su fin.