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Voto de Lafuente Estefanía:
3
13 de julio de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aparece Tuco en escena (Wallac) y nos trasladamos inmediatamente a "El bueno, el feo y el malo". Lo llaman ahora Cocopulos, pero la caracterización es idéntica a la de Leone, lo mismo que la gesticulación y los ticks. La personalidad ya es otra cosa, ahora se ha vuelto una especie de Robin Hood que reparte lo que roba a los pobres, o de Francisco de Asís que cuida a niños, ancianos o incluso animales.
En lo que no ha cambiado Tuco, digo Cocopulos, es en su afán de venganza contra los que lo traicionaron y tuvieron 15 años en la cárcel ("Tener deudas es una cosa, cobrarlas otra"). Para completarla precisa del concurso de Cat y de Hutch (Hill y Spencer), además de un contorsionista y funambulista negro (Peters), que se ven envueltos una vez más en diversos lances con la sempiterna revolución mejicana al fondo, o con la presencia de caciques sin escrúpulos. Todo refrito en un guión ininteligible y bastante soso.
De las pocas cosas que salvamos, está la escena del baile de máscaras mejicanas con cintas multicolores mientras la imagen de Coco va y viene de un cartel de" Wanted". También ¿la curiosidad? de ver una partida de billar a caballo, o contemplar en pleno desierto un bello apiario con colmenas de alzas multicolores al estilo centroeuropeo inventadas solo unos pocos años antes.
En lo que no ha cambiado Tuco, digo Cocopulos, es en su afán de venganza contra los que lo traicionaron y tuvieron 15 años en la cárcel ("Tener deudas es una cosa, cobrarlas otra"). Para completarla precisa del concurso de Cat y de Hutch (Hill y Spencer), además de un contorsionista y funambulista negro (Peters), que se ven envueltos una vez más en diversos lances con la sempiterna revolución mejicana al fondo, o con la presencia de caciques sin escrúpulos. Todo refrito en un guión ininteligible y bastante soso.
De las pocas cosas que salvamos, está la escena del baile de máscaras mejicanas con cintas multicolores mientras la imagen de Coco va y viene de un cartel de" Wanted". También ¿la curiosidad? de ver una partida de billar a caballo, o contemplar en pleno desierto un bello apiario con colmenas de alzas multicolores al estilo centroeuropeo inventadas solo unos pocos años antes.