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Voto de Lafuente Estefanía:
5
Western Después de haber sido espía durante la Guerra de Secesión (1861-1865), un tipo llamado Travis se dirige a Arizona, donde tiene previsto cometer un robo con la ayuda de un viejo conocido. Sin embargo, ciertas circunstancias inesperadas lo animan a abandonar su proyecto y comenzar una nueva vida. (FILMAFFINITY)
6 de agosto de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca se han calentado mucho la cabeza los guionistas para titular los westerns. A veces echamos la culpa a las versiones hispanas, que también, pero en general no son un dechado de imaginación. Es cierto que en los años 50 se rodaban a manta y que los temas no variaban demasiado, pero titular "El forastero iba armado" es toda una redundancia en el género.
La acción se sitúa en la parte final de la guerra de Secesión, donde el teniente sureño Jeff Travis (Scott) realiza labores de espionaje en el Estado Libre de Kansas que facilitarán la ignominiosa masacre e incendio de Lawrence ordenado por William Clarke Quantrill el 21 de agosto de 1863.
Avergonzado, Travis deja la acción y a continuación lo encontramos en un barco fluvial donde conoce a Shelby Conroy (Weldon), una bella e intrigante jugadora de cartas, que consigue del teniente que participe en Prescott, que acaba de dejar de ser la capital de Arizona, en una serie de atracos a diligencias presuntamente "para robar el oro yanqui", aunque en realidad se trata de vulgares rapiñas. Y es que "En el juego no hay amigos".
La película parte de un guion demasiado complicado que se sigue con dificultad. Tampoco la dirección es capaz de poner un poco de orden en los personajes, por lo demás presentados de forma bastante rudimentaria sin profundizar nunca en su personalidad. Con la excepción de Shelby, mujer decidida y con criterio propio, "Cuanto más se arriesga uno, mejores cartas hay que tener". Demasiado para la apagada hija del propietario de las diligencias, Josie Sullivan (Trevor), a la que desplaza pronto del triángulo amoroso que se forma con Travis.
Por el oro anda también por allí una banda de mexicanos que manda un ridículo y reidor Degas (Bedoya), que termina de hacer ininteligible la trama. Otra vez México caricaturizado
Una lástima que se desaproveche la presencia de unos jovencísimos bandidos, Dan Kurth (Marvin) y Bull Slager (Borgnine), con interpretaciones a la altura de lo que luego significarán en la industria cinematográfica.
En fin, película pasable pues está bien ambientada (con curiosos cuernos de vaca como quinqués) y los paisajes resultan interesantes. Pero poco más.
Lafuente Estefanía
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