Después de un balazo en el pecho y las curas y atenciones que le prodiga Alice Gordon (Hennessy), la guapa del lugar, John Mason (Slater) se recupera para perseguir a los asesinos de su padre, mientras un marshall (Sutherland) va a su vez tras él con un grupo de torpes agentes. Por el medio anda enredando Ralph, amigo de infancia de Mason y hermano de Alice, a la que a su vez pretende otro amigo.
Bellos paisajes, buena música country y buena fotografía, pero interpretación bastante mediocre de los principales protagonistas, Sutherland al margen. Película con una trama argumental que no termina de estar clara, bastante embarullada, poco creíble a veces y, sobre todo, desarrollada con gran lentitud.
Al margen del "rasguño" de la cabecera que cura con éxito, Alice tendrá que aplicar también tintura de yodo en las heridas producidas en las peleas que se producen. Para lo que no tiene remedio es para mitigar las borracheras y el alcoholismo que parecen padecer todos los personajes.
En resumen un western discreto, pero con el mérito de haberse rodado en una época poco propicia para el género.