Desde que se anunció "Ruben Brandt", los amantes del Arte marcaron la fecha del estreno como un gran evento. A lo largo de la Historia del Cine han sido múltiples películas las que han decidido retratar este mundo, desde "La Mujer del Cuadro" de Fritz Lang hasta la insípida "Velvet Buzzsaw" de Dan Gilroy. Por eso tampoco es de extrañar que hayan realizado un film de animación en torno al mundo del Arte. Sin embargo, lo que si sorprende, es su enorme enfoque.

Nunca una película había estado tan cerca de las obras como lo ha estado el film de Milorad Krstic. Con unos tintes surrealistas —a la altura del mejor Luis Buñuel—, el equipo de "Ruben Brandt", introduce una historia que sirve como homenaje al Film Noir, y que se completa de manera perfecta con el enfoque correcto del mundo del Arte. Referencias al mercado del Arte (sobre todo al mercado negro); guiños continuos, sin exagerar, en cada plano del film, ya sea al mundo de la pintura, la escultura, la arquitectura, el cine o la música; y una plasmación psicológica de los personajes bastante interesante.

A la original propuesta hay que sumarle un apartado técnico de lujo, con un diseño artístico brutal, que recoge la pintura cubista de Picasso y la mezcla con una ambientación que es una simbiosis entre surrealismo, dadaísmo y futurismo. Todo ello llevado a cabo con una animación mezclada entre planos bidimensionales y tridimensionales, logrando un efecto bastante interesante.

Lo único que se le podría achacar es un guión que flojea en algunas partes, con un ritmo que decae en exceso en ocasiones, y que hacen perder el hilo conductor de la trama, haciendo pensar al espectador, por momentos, que el metraje no lleva a nada. A pesar de ello, será una película que dará que hablar en los próximos meses.