El argumento de "Our very own" de David Miller no puede ser, sobre el papel, más convencional: una familia de clase media californiana, compuesta por el padre, la madre, dos hijas en la adolescencia y una hija pequeña y muy entrometida que viven en armonía y alegría. Residen en una casa amplia de una urbanización tranquila y agradable: las relaciones con los vecinos son cercanas y de confianza. La película se inicia con ese momento (que algunos vivimos con alborozo) de la llegada del primer televisor a una casa. La pequeña y pesada Penny (Natalie Wood), molesta a uno de los instaladores con sus impertinencias, en un tono de humor bien llevado.

En este film estamos en el año 1948. Tres años después del fin de la II Guerra Mundial, que parece olvidada. La hija mayor Gail (Ann Blyth), se va a graduar y tiene un novio, que es a la vez pretendido, con no buenas artes, por su hermana Joan (Joan Evans), lo que ocasiona las primeras tensiones entre las hermanas y entre el padre y la madre con sus hijas mayores...

Pero la trama principal no está ahí... La trama da un giro inesperado en el momento en que la hija mayor descubre que es adoptada (algo que viene en la sinopsis del film, por lo que no desentraño el argumento). Un mundo amable, sin aristas, se rompe y se pone fin, de momento, a la comedia amable, con un giro dramático que hace que la historia se tense...

El director David Miller es sobre todo apreciado por un film de "culto", al menos para toda una generación de cinéfilos: "Los valientes andan solos", con guion de Dalton Trumbo y un Kirk Douglas portentoso como último representante de una estirpe de cowboys solitarios e individualistas superados por el progreso. Es también destacable el thriller “Un grito en la niebla", de trama hitchcockiana, en una filmografía que abarca desde 1937 a 1981.

El guion de "Vida de mi vida" está muy bien armado, con toques de humor, de sensibilidad y de dramatismo contenido en el momento del descubrimiento de la adopción por parte de la hija mayor, y que produce el giro de un mundo amable, casi infantil, a la realidad ardua de la vida. Las actrices están excelentes en sus papeles, que requieren sutileza y giros de cierto dramatismo. La dirección de David Miller es competente, con pleno dominio de la trama, de los detalles y de esos giros que desatan la tormenta.

Una película estimable, que agradará a los espectadores, de un director hoy día poco considerado. Desafortunadamente.